Nuevo libro

Galletas de albaricoque, qamar al-din


Si habéis viajado por Oriente Medio, sobretodo por el este de Turquía o el Líbano, seguro que os han ofrecido más de una vez una bebida no alcohólica denominada Qamar Al-Din. Pero también es posible que en el Líbano, os hayan dado con el mismo nombre una especie de dulce compuesto por una lámina prensada de albaricoques secos o que en Armenia sea una especie de pasta que se emplea para confeccionar otros dulces. Todos ellos se llaman exactamente igual, Qamar Al-Din.

La bebida fue creada en Siria donde se cultiva un albaricoque específico que luego se deja secar, al igual que ocurre en otros muchos lugares de la cuenca mediterránea. Una vez secos, se trituran y luego se mezclan con agua aromatizada con esencia de rosas o bien agua de azahar, para luego filtrarla, endulzarla y así obtener la bebida refrescante.

La pasta triturada, así mismo endulzada, se prensa en otros países (Líbano, Armenia) para obtener una lámina fina que se come enrollada o bien  se emplea como materia prima para la confección de otros dulces.

Y, repito, todas las variantes que encontraréis se llaman siempre Qamar Al-Din, así que estas galletas, también muy tradicionales en la zona y por el hecho de emplear la pasta de albaricoques, se llaman también de la misma manera. 

Son realmente fáciles de hacer y huyen un poco del sabor algo empalagoso de los dulces orientales para tomar las notas ácidas que contiene el albaricoque seco.

INGREDIENTES :

  • 2 vasos llenos de albaricoques secos
  • 1 vaso de azúcar
  • 2 vasos de harina de almendra*
  • 2 claras de huevo
  • 1 cucharadita de agua de azahar (opcional)
  • Zumo de limón
  • Sal
  • Azúcar glas para decorar (opcional)

* Siempre la misma cantidad de albaricoques secos que de harina de almendras y el doble de azúcar a emplear.

En primer lugar hay que remojar los albaricoques para que recuperen la hidratación.

Colocamos los albaricoques secos en un bol y los cubrimos con agua caliente (justo para cubrir). Dejamos que se remojen durante la noche o al menos 8 horas.

Al día siguiente, escurrimos los albaricoques y los trituramos en una procesadora de alimentos hasta obtener un puré suave (si no se hubieran remojado esto sería imposible de hacer).

Agregamos el azúcar y mezclamos bien.

Incorporamos la harina de almendra y mezclamos hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.

Añadimos el agua de azahar si se desea para darle un toque aromático.

Precalentamos el horno a 180°C.

Batimos las claras de huevo hasta que estén firmes. Para facilitar la tarea, añadimos unas gotas de zumo de limón y un pellizco de sal. No hace falta que hagan picos, pero sí que queden firmes.

Incorporamos las claras batidas a la mezcla de albaricoque y almendra. Mezclamos suavemente para obtener una masa homogénea sin que se pierda el aire de las claras.

Forma pequeñas bolas con la masa y las colocamos en una bandeja para horno con papel sulfurado o para hornear, como lo soláis llamar. Dejad bastante espacio entre ellas porque tienen a expandirse.

Horneamos las galletas durante aproximadamente 15-20 minutos o hasta que estén doradas, al menos por los bordes.

Dejamos que las galletas se enfríen y, si se desea, espolvoreamos azúcar glas por encima para darles un toque decorativo.

Son galletas dulces pero, atención, también algo ácidas. Eso sí, están buenísimas.