El tofu es un producto que se conoce y utiliza en Occidente desde hace relativamente poco tiempo pero que tiene tras de sí un historia milenaria con origen en China. Para simplificar un poco podríamos decir que el tofu es una especie de queso confeccionado a partir de la leche de soja. Tiene un aspecto parecido al queso blanco fresco y su importancia radica en que es un aporte muy importante de proteínas. Generalmente el ser humano recibe las proteínas a través del consumo de productos de origen animal como son los huevos, la leche y la carne. Si optamos por una dieta completamente vegetariana seguimos necesitando un aporte proteínico y el tofu, junto a otros productos como el seitán, es una alternativa perfecta. El tofu aporta proteínas y nada de grasas saturadas, así como un cero en colesterol, por lo cual no sólo es adecuado para vegetarianos sino en general para personas hipertensas o que simplemente se deseen cuidar. Como en el caso del aceite de oliva, el tofu disminuye la cantidad de colesterol malo (LDL) dejando intacto el colesterol bueno (HDL), aportando además calcio y minerales.
Actualmente ya es posible encontrar tofu en muchos supermercados cuando antiguamente sólo se podía encontrar en comercios especializados. Los que he visto se suelen presentar en formatos plastificados y con diversas texturas, desde uno que puede ir a la parrilla hasta el blando conocido como "japonés". El sabor es muy delicado y como he dicho recuerda a un queso blanco fresco convencional.
Actualmente ya es posible encontrar tofu en muchos supermercados cuando antiguamente sólo se podía encontrar en comercios especializados. Los que he visto se suelen presentar en formatos plastificados y con diversas texturas, desde uno que puede ir a la parrilla hasta el blando conocido como "japonés". El sabor es muy delicado y como he dicho recuerda a un queso blanco fresco convencional.
El tofu se puede emplear crudo en ensaladas o bien cocinarlo de múltiples formas. Lamentablemente la mayor parte de las recetas que se encuentran desprenden un "tufo" a comida oriental que ahuyentan al consumidor convencional no-vegetariano. Otra frontera psicológicamente insalvable es la que forma la línea de productos dietéticos o vegetarianos que parecen decir : "si comes tofu, debes ser vegetariano". Esto es una lástima porque el tofu podría ser un producto de consumo masivo que complementara perfectamente cualquier dieta y preparar al consumidor para otros ingredientes orientales, como las algas, que también deberían estar presentes en nuestras mesas por sus grandes ventajas.
Lasaña de tofu
Mi recomendación es empezar de manera sencilla con ensaladas substituyendo ese feta o queso blanco por trozos de tofu e ir reemplazando cuando conviniera la carne de las albóndigas o de los macarrones por tofu cocinado.