Los babka son pasteles muy típicos de la cocina rusa y de Europa del Este si exceptuamos los Balcanes donde nunca los he visto. También son populares en Israel y América ya que el verdadero origen son las comunidades judías rusas, ucranianas y polacas. La fuerte migración judia hacia Israel , Argentina, Canadá y Estados Unidos ha popularizado los babka en muchos de estos paises. Los babka se consumen sobretodo en Semana Santa y por tanto entiendo que es un dulce originario de la Pascua Judía, que es a fin de cuentas el origen de nuestra Semana Santa. Gastronómicamente hablando forma parte del conjunto de tortas o pasteles que se hacen sin levadura simplemente adicionado huevo, azúcar y una masa que bien puede ser pan o de otra índole. Sin ir más lejos tenemos la greixonera ibicenca que se basa en el mismo principio : huevo + azúcar + ensaimadas duras. Cabe preguntarse si la greixonera, como la ensaimada, no tuvo su origen en la importante comunidad judia de las Baleares. Cábalas aparte, a los babka se les puede adicionar chocolate, manzana o fruta confitada y siempre salen bien, a diferencia de otros postres más problemáticos.
La primera vez que comí babka me dijeron que era un pastel hecho con copos de avena y la verdad es que me pareció una extravagancia ; sin embargo lo que me atrajo fue la enorme facilidad para hacerla, lo barato que resulta y la posibilidad de hacer combinaciones con fruta, frutos secos o chocolate. Vamos, que es un postre que está "chupado".
INGREDIENTES :
200 gramos de copos de avena (corn flakes)
1 vaso de leche1 huevo
50 gramos de mantequilla
50 gramos de azúcar
1 manzana (opcional)
Para los corn flakes podemos elegir el tipo más simple o el chocolateado si no vais a añadir ningún sabor extra. Cogeis un bol grande, echais el vaso de leche, los corn flakes, el huevo batido, la mantequilla y el azúcar y batís con la batidora de varillas hasta que quede una masa homogénea. Se unta de mantequilla un molde de usar y tirar y se vierte en su interior la mezcla. Se mete en el horno a 180 grados durante 45 minutos y está lista para consumir, generalmente fría. Si se desea dar un toque especial podemos añadir manzana. Cortamos la manzana en cubos pequeños y los hervimos con el agua justa para cubrirlos y dos buenas cucharadas de azúcar. Cuando el agua se consuma los sacamos e incorporamos a la mezcla, horneándolo con el resto de ingredientes. Para que el babka quede bien recomiendo el corn flake tradicional, aplastado, nada de arroz, mueslis o cosas de ese tipo, como mucho una ligera capa de chocolate.