Supongo que más de uno habéis pensado que sería estupendo hacer crema de lentejas si no fuera por las molestas pieles. Es cierto que las podéis triturar pero siempre quedan restos que hacen algo más complicado hacerlas pasar como una crema "fina". También las podéis pasar por un colador, pero entonces más que una crema parece una sopa si estáis acostumbrados a las cremas espesas.
Para evitar estos problemas suelo emplear lentejas sin piel. Si estáis cerca de un comercio que tenga productos árabes, basta con adquirir lentejas egipcias o naranjas. También he encontrado lentejas sin piel - rojas o amarillas - en la firma "La Salmantina" que son de excelente calidad.
La lenteja sin piel no requiere remojo previo y con media hora de cocción se ablandan sin problemas. Si tenéis problemas para digerir las legumbres las lentejas sin piel son perfectas para hacer vuestras digestiones más llevaderas.
INGREDIENTE (4 personas) :
Un vaso de lentejas sin piel
Un vaso de nata para cocinar
Una cebolla
Una zanahoria
Un diente de ajo
Una hoja de laurel
100 gramos de queso rallado
Sal
Pimienta
Aceite virgen extra de oliva
En una cazuela vertemos un chorro generoso de aceite de oliva. En él freímos la cebolla y el diente de ajo rallados (el último sin el germen) y cuando empiezan a dorarse añadimos la zanahoria cortada en trozos y agua justo para cubrirla.
Cuando la zanahoria se ablande añadimos la hoja de laurel y aproximadamente 1.5 litros de agua. Dejamos que hierva y entonces añadimos las lentejas sin piel. Dejamos hacer durante media hora.
Añadimos el queso rallado, dejamos que se deshaga bien y rectificamos de sal y pimienta.
A continuación retiramos del fuego, quitamos la hoja de laurel, y pasamos por el brazo triturador hasta que queda un puré muy fino. Añadimos la nata y removemos bien, rectificando de sal y pimienta al gusto.
Se sirve muy caliente.