Este dulce tradicional indio es tan popular en el país como el Gulab Jamun y al probarlo comprenderéis el por qué. Os ofrezco la receta simplificada, tal y como la especificó un dulcero de Calcula llamado Nobin Chandra Das a mediados del siglo XIX. La receta original procede del estado de Bengala, al este del país, y es bastante más complicado.
En realidad este rasgulla se debería denominar Rasgulla de Calcuta para diferenciarlo del resto de preparaciones. Se parece bastante al rasmalai también indio pero es aún más sencilla de hacer.
Consiste en realizar bolitas de queso fresco - requesón - que se cuecen en almíbar hasta conseguir una textura esponjosa (de hecho a menudo se les llama "esponjas"). Si utilizáis requesón comprado en la tienda es aún más fácil de hacer, pero si queréis crear el requesón vosotros mismos también os explico la manera.
INGREDIENTES :
- 1 litro de leche entera*
- 1 cucharada de jugo de limón*
Para el almíbar
- 600 ml (3 vasos) de agua
- 1 vaso y medio de azúcar
- 4-5 vasos de agua adicional (1 litro)
- 1 cucharadita de cardamomo en polvo
- Almendras o pistachos picados para decorar
En primer lugar vamos a hacer el requesón si no lo habéis comprado.
En una cacerola grande, llevamos la leche a hervir a fuego medio-alto. Removemos constantemente para evitar que se pegue en el fondo.
Una vez que la leche esté hirviendo, apagamos el fuego y añadimos el jugo de limón. Removemos suavemente hasta que la leche se corte y se separe en cuajada (parte sólida) y suero (líquido claro).
Colocamos un colador forrado con una gasa o tela de queso sobre un recipiente para recoger el suero. Vertemose la leche cortada en el colador y enjuagamos suavemente bajo agua fría para eliminar cualquier sabor a limón.
Exprimimos suavemente la gasa para eliminar el exceso de suero y luego colgamos la gasa para que escurra durante unos 30 minutos para eliminar más suero.
Transcurrido el tiempo, colocamos la cuajada en una superficie plana y la amasamos suavemente durante unos 5-7 minutos hasta obtener una masa suave y sin grumos.
Dividimos la masa en pequeñas porciones y formamos bolitas redondas lisas y sin grietas. Es MUY IMPORTANTE que las bolitas no tengan grietas, ya que se expandirán durante la cocción y si las hubiera se romperían.
Si habéis comprado el requesón deberéis comprobar si está muy húmedo o bien seco. Generalmente está muy húmedo, así que lo deberemos escurrir igual que hemos hecho con el requesón obtenido a través de la leche.
Ahora vamos a preparar el almíbar.
En una olla grande, agregamos 3 vasos de agua y el azúcar. Llevamos a hervir a fuego medio-alto, revolviendo ocasionalmente para disolver el azúcar.
Una vez que el azúcar se haya disuelto por completo y el agua esté hirviendo, añadimos las bolitas de cuajada una a una con cuidado. Cubrimos la olla y cocinamos a fuego medio durante unos 15-20 minutos.
Durante la cocción, las bolitas se expandirán y flotarán en el almíbar. De vez en cuando, voltearemos suavemente las bolitas para asegurarnos de que se cocinen uniformemente por todos los lados.
Después de 20 minutos, las Rasgullas deberían haberse duplicado de tamaño y estar esponjosas. Retiramos la olla del fuego y las dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Una vez que las Rasgullas estén completamente frías, las llevamos al frigorífico durante al menos 2 horas para que adquieran una textura más firme. El almíbar que no han absorbido se descarta.
Antes de servir, espolvoreamos las Rasgullas con un poco de cardamomo en polvo y las decoramos con almendras o pistachos picados.
El almíbar penetra en la masa esponjosa y cada bocado os sabrá a gloria.