INGREDIENTES (2 personas):
300 gramos champiñón entero fresco
Perejil
2 huevos
Sal
Habreis notado que no empleamos aceite de oliva. Esto ocurre porque vamos a emplear el propio aceite del champiñón para freirlo. Para ello comprareis champiñones enteros y les retirareis el pie sin dañar la copa. Lo lavais a conciencia para eliminar la posible tierra y suciedad y los colocais boca arriba en una sartén suficientemente grande para acogerlos a todos. Poneis a fuego medio y echais un poco de sal. Observareis que al cabo del rato dentro de la cazoleta natural del champiñón ha aparecido un líquido aceitoso. Cuando esto ocurra apagais el fuego y con cuidado verteis el jugo de cada champiñón en un cuenco, vaso, plato o lo que tengais a mano. Ahora laminais los champiñones y si quereis también los pies que no hemos utilizado. No han de ser láminas demasiado finas. En la misma sartén incorporais el aceite natural de los champiñones y las lámina, friéndolos hasta que se oscurecen. Los sacais y mezclais en un bol aparte con los dos huevos batidos y un puñado generoso de perejil picado. Añadís un poco más de sal y de regreso a la sartén a que cuaje. Dais la vuelta y listo para comer. Está de muerte.