El queso feta es extremadamente popular en Grecia donde forma parte de muchas recetas entre las cuales destaca la ensalada Horiatiki (la que en España solemos llamar ensalada griega). Es un queso blanco que se ha curado en salmuera lo que le confiere un toque salado. El tradicional se realiza con leche de oveja aunque en la actualidad también se confecciona con leche de vaca para abaratar costes. De hecho se encuentran sucedáneos bastante bien conseguidos realizados en Dinamarca donde así mismo se ha convertido en un queso muy habitual.
Esta receta parece una fusión entre la cocina francesa, donde es habitual rebozar el camembert, y la oriental, si bien pertenece estrictamente a la tradición culinaria griega, concretamente a la isla de Cefalonia (Kefalonia en griego). En cualquier caso es una receta muy fácil de hacer y si te gusta el feta, te encantará. El toque de miel es opcional pero da un contraste muy fuerte entre lo dulce y lo salado. Rebozarlo con semillas de sésamo le dará un mordisco muy crujiente.
INGREDIENTES
250 gramos de queso feta
2 huevos
Harina de trigo
100 gramos de semillas de sésamo tostadas
5 cucharadas de miel
En primer lugar indicar que hay gente a la que no le gusta el queso feta por ser demasiado salado (efecto de la salmuera). Una opción que suele solucionar el problema consiste en remojar el queso en leche. No por mucho tiempo (1 minuto es más que suficiente).
En primer lugar cortamos el queso feta en cubos de unos 2 cm de arista, o bien en el tamaño que consideréis adecuado (podéis hacer rectángulos de cualquier otra medida si os va mejor para el corte de queso que tengáis en ese momento)
A continuación se mojan los trozos de queso en el huevo batido y se pasan por harina para que queden bien cubiertos. De nuevo pasamos por huevo y por las semillas de sésamo tostado para que queden pegadas en la superficie. El sésamo (también conocido como ajonjoli) se puede encontrar tostado o sin tostar. Si no está tostado lo pasaremos brevemente por la sartén hasta que se tueste, vigilando que no se queme (cuidado, es muy fácil pasarse).
Una vez tenemos el feta rebozado y recubierto de de semillas de sésamo lo vamos a freír en una sartén con medio dedo de aceite de oliva. Vigilamos que se dore por todos lados y extraemos, depositando sobre un papel absorbente.
Opcionalmente podemos calentar en el microondas la miel para que se torne líquida. La podemos verter en el fondo del plato o bien dejarla en un bol para que el comensal moje los pedazos de queso rebozado.
Está buenísimo. Además es barato y fácil de hacer.