¿Queréis impresionar a vuestros invitados sin gastar mucho dinero? El carré de cerdo es una buena alternativa. Cuando lo presentéis a la mesa seguro que habrá exclamaciones de sorpresa porque la presentación es impactante. También es probable que si lo hubieráis presentado como costillas de cerdo individuales más de un comensal se habría sentido decepcionado, clara demostración que la gastronomía también se come con los ojos.
El carré es un conjunto de costillas (primeras y segundas) a las cuales se les retira la carne del "palo" y se cocina en conjunto, bien a la brasa, bien al horno. Personalmente prefiero al horno pero otros muchos lo prefieren a la brasa dejando el corazón muy poco hecho.
Que yo sepa hay tres carrés : el de ternera, el de cordero y el de cerdo, aunque también me comenta una amiga cocinera que los hay de buey. Para conseguir uno se precisa que habléis con vuestro carnicero habitual. Os proporcionará un costillar completo sin separar las costillas pero con la carne adherida al palo. Esa operación de limpieza la debéis hacer en casa con la ayuda de un cuchillo muy afilado.
INGREDIENTES (4 comensales)
Un carré o dos de cerdo, calculando unos 200 gramos de peso por comensal contando el hueso
4 dientes de ajo
Sal
Pimienta negra molida
Un vaso de aceite virgen extra de oliva (200ml)
Fileteamos los dientes de ajo y los mojamos en aceite. Los pasamos por una mezcla de sal y pimienta negra y con la ayuda de un mechador o de un cuchillo afilado los incrustamos en el carré.
Hacemos una mezcla de aceite, sal y pimienta y con ella pintamos el carré. Dejamos que durante la noche se marine con abundante aceite.
Precalentamos el horno a 190 grados e introducimos la carne con el mismo aceite del marinado. Estará hecho con aproximadamente o cuando esté visiblemente dorada. Si tenéis un termómetro de asados, cuando el corazón marque 80 grados.