El origen de esta receta se encuentra en Verona. Procede de un antiguo dulce típico de la ciudad que fue modificado y el proceso patentado por un pastelero a finales del siglo XIX. Su diseño de estrella de ocho puntas también es característico del Pandoro. Al contrario del panettone, carece de fruta y mientras que el primero se parece más a la masa del pan, el pandoro tiende más a semejarse a un bizcocho.
En cualquier caso ambos dulces, tan típicos de la Navidad italiana, son relativamente recientes y por ello no deja de sorprender que se hayan popularizado en tantos países.
Atención : las medidas exactas al milímetro, así que si no tenéis balanza de cocina, olvidaos.
INGREDIENTES :
- 450 gramos de harina de fuerza
- 4 huevos
- 170 gramos de mantequilla sin sal
- 135 gramos de azúcar
- Una cucharadita de sal
- Azúcar glass
- 18 gramos de levadura fresca
- Un sobre de esencia de vainilla
En un bol grande mezclamos 15 gramos de levadura con 60 ml de agua tibia, 50 gramos de harina, una cucharada de azúcar y la yema de un huevo. Mezclar bien hasta que quede una pasta homogénea. Se cubre con un paño de algodón y se guarda en un lugar cálido hasta que dobla de tamaño.
Ahora vamos a hacer la segunda mezcla. Añadimos a la primera mezcla 200 gramos de harina, 2 cucharaditas de agua, 3 gramos de levadura (el restante), 1 huevo, 25 gramos de azúcar y 30 gramos de mantequilla. Mezclamos bien y guardamos de la misma manera que antes hasta que doble (en este caso tardará unos veinte minutos).
Ahora viene la tercera. Añadimos otros 200 gramos de harina, 2 huevos, una cucharadita de sal, otra de extracto de vainilla y amasamos durante al menos una hora. Luego se mete en un recipiente engrasado con mantequilla, también cubierto con un paño de algodón hasta que duplica su volumen (tardará una hora y media). Metemos en la nevera durante media hora.
Después del paso por el frigorífico vamos a hacer el proceso que da el toque distintivo al Pandoro. Necesitamos 140 gramos de mantequilla ablandanda. Extendemos la masa con un rodillo. En el centro colocamos la mantequilla y cerramos los bordes de la masa sobre la misma. Aplanamos de nuevo con el rodillo y formamos un rectángulo. Se deja de nuevo en la nevera durante media hora. Cada media hora sacaremos la masa y la trabajaremos con el rodillo. Así hasta tres veces.
Nos engrasamos las manos con mantequilla y formamos una bola con la masa. Colocamos la masa en un molde de pandoro - que supongo no tenéis - pero a mi me funcionó una con la forma típica de los flanes grandes. El molde lo engrasamos con harina y azúcar glass y lo llenamos sólo hasta la mitad. Esperamos un rato y si todo ha ido bien la masa doblará su tamaño y quedará a ras del borde del molde.
Precalentamos el horno a 170 grados. Horneamos el pandoro durante 10 minutos y posteriormente a 160 grados durante otros diez minutos. Sacáis del horno, desmoldáis y cubrís con azúcar glass o azúcar glass vainillado.
Si os ha salido bien, felicidades : os sabrá a gloria comparado con los que se encuentran en los supermercados.