Esta receta era típica de las comunidades judías del este de Europa hasta que el retorno de las mismas a Israel tras la Segunda Guerra Mundial la ha convertido en una receta israelita muy popular. Es extremadamente sencilla de hacer, muy gustosa y por tanto adecuada para los más pequeños de la casa. No hace falta decir que es importante hacerse con hígados de 'confianza' y que un hígado de pollo campero criado con grano no tiene nada que ver con los hígados de pollos industriales.
INGREDIENTES (4 personas)
500 gramos de hígados de pollo
2 cebollas grandes
2 huevos
Sal
Pimienta negra molida
Aceite virgen de oliva
TIEMPO DE PREPARACIÓN : 20-30 minutos
COSTO APROXIMADO (precios Alcampo)
Hígado 500 gramos : 1,93 euros
Resto de ingredientes : 2 euros
Total = 3.93 euros
En primer lugar hervimos los huevos durante doce minutos para dejarlos duros. En una sartén calentamos un chorro generoso de aceite de oliva para freir una cebolla cortada en tres o cuatro mitades (simplemente para dar sabor al aceite). Cuando se han dorado las retiramos. A continuación freimos a fuego lento los hígados que habremos lavado muy bien y dejado limpios de todo aquello que no sea carne pura (ni grasa ni hiel ni nada, sobretodo que no se rompa la bolsa de hiel o amargaría muchísimo !). Con 10 minutos de fritura será más que suficiente. Retiramos y reservamos.
En el mismo aceite freimos la otra cebolla muy picada, de nuevo los hígados pero esta vez también picados y los dos huevos duros desmigados. Salpimentamos al gusto. Cuando adquiere textura se retira del fuego y se sirve siempre frio, acompañado de verduras, encurtidos o alguna ensalada ligera.
Nota : si queréis "pasar" de la receta tradicional podéis servir el hígado caliente.