Los que son intolerantes a la lactasa - el azúcar que contiene la leche - tienen dos alternativas. La primera, tomar alimentos lácteos sin lactosa y la segunda, llevar consigo pastillas que contienen la enzima lactasa de la cual carecen. Muchos prefieren la primera porque la disponibilidad es alta (excepto en el caso de los quesos), hay opciones muy saludables como los derivados del uso de la soja y además no son mucho más caros que los lácteos "normales".
En cambio con la celiaquía, es decir, la imposibilidad de asimilar la proteína gluten, esto no es así. La única posibilidad para los que padecen celiaquía es seguir una dieta estrict carente de gluten. El gluten es la proteína que permite que el pan se esponje, entre otras cosas. Comer sin gluten no es imposible puesto que muchos alimentos carecen del mismo pero los carbohidratos, presentes en el pan y la pasta, y que constituyen el 30% de nuestra dieta son terreno vedado para los enfermos ya que la mayoría, en mayor o menor proporción, cuentan con la fastidiosa proteína. La única opción de tomar productos a los que se les ha suprimido el gluten es realmente cara.
Se están haciendo estudios muy serios para tener a disposición de los enfermos celíacos una pastilla o inyección que les permita ingerir cualquier tipo de alimento sin temor a enfermar. Este artículo de EL MUNDO hace un análisis de la situación actual de las investigaciones para lograr algo que mejoraría la expectativa de vida y la vida en general de los enfermos. Ojalá se alcance pronto.