Esta sencilla receta nos permite introducir el puerro en nuestras mesas de una manera muy diferente a como nos tiene acostumbrados. La temporada de esta hortaliza se inicia en otoño y finaliza en la primavera aunque es posible encontrarla en los mercados durante todo el año.
INGREDIENTES
8 ó 10 puerros gruesos
8 ó 10 lonchas de jamón York gruesas
1 litro de leche
3 cucharadas de harina blanca
Nuez moscada
Queso semigraso rallado (400 gramos)
Aceite virgen extra de oliva
1 cucharada de mantequilla
Sal
Para esta receta aprovechamos sólo la parte blanca de los puerros. Dependiendo del tamaño de los mismos podremos sacar 1 ó 2 canelones por cada puerro (lo normal es que sean dos al menos). Cortamos el puerro para separar la parte blanca del mismo y hacemos lo mismo con la parte blanca para dar tamaño y forma a los canelones individuales. Ponemos una olla con agua y sal al fuego y cuando hierve sumergimos los puerros durante unos cinco minutos. A continuación retiramos del agua hiviendo y los reservamos.
Mientra enfrían vamos a confeccionar la bechamel. Vertemos en una olla o sartén un chorro de aceite virgen extra y colocamos al fuego medio. Cuando se calienta, sin llegar a humear, espolvoreamos con ayuda de un cedazo tres cucharadas de harina blanca y mantenemos hasta que se fríe tomando una tonalidad marronosa. En ese momento añadimos poco a poco la leche y con la ayuda de una batidora de varillas vamos agitando para que la harina se disuelva bien y no se formen grumos. Cuando la harina está bien disuelta dejamos al fuego medio añadiendo media cucharadita de sal y media de nuez moscada, además de una nuez de mantequilla. Cuando la mezcla adquiere la consistencia de la bechamel apartamos del fuego.
Ahora vamos a "montar" los canelones. Envolvemos cada puerro con la loncha de jamón York y los vamos depositando sobre la fuente que irá al horno de manera que la abertura de la carne quede hacia abajo. Colocamos los canelones uno al lado del otro y los tapamos con la bechamel. Luego cubrimos la bandeja con queso rallado y ya puede ir al horno donde la mantendremos durante media hora a 190 grados. Diez minutos antes del final pondremos gratinador para que se doren.
El resultado son unos canelones de sabor muy fino.