Dulces del Carnaval alemán

A los españoles este dulce nos suena muchísimo. Excepto pequeñas diferencias, es idéntico a las hojuelas o los pestiños. Eso no quiere decir que fueran los emigrantes españoles los que llevaran el dulce a Alemania. En realidad ocurrió mucho antes. Un par de miles de años antes, de hecho. Las masas fritas luego endulzadas con miel son un legado que Roma, aparte de acueductos e idiomas latinos, nos legó. Excepto el idioma, también en Alemania se siente el influjo romano.

Durante mucho tiempo la frontera romana quedó establecida en el Rhin. Al otro lado se encontraban las belicosas tribus germanas y frente a ellas se situaban unos fuertes donde vigilaban la integridad del Imperio miles de legionarios romanos. 

Esta aparente impermeabilidad no significó que entre ambas partes no hubiera intercambios y no solo de mandobles. 

Las masas fritas - de las que son hijas los churros, las porras, los pestiños, las hojuelas y estos mutzen - no solo eran de sabor agradable, sino también muy alimenticias. Así que también se quedaron en Alemania, precisamente en el área donde más tiempo se establecieron los romanos, en la zona de Renania donde además también dejaron las vides y con ellas el vino. ç

Los mutzen - literalmente "gorros" - son típicos del oeste de Alemania, consumiéndose habitualmente en época de Carnaval. El más famoso de los carnavales alemanes se celebra en la ciudad de Colonia, donde los mutzen son también populares. Muy cerca de la catedral se encuentra en el subsuelo de una plaza, a modo de museo, los restos de la antigua colonia romana, así que todo al final tiene una explicación lógica y plausible. 

INGREDIENTES

  • 250 gramos de harina blanca de trigo
  • 3 huevos
  • 3 cucharadas rasas de azúcar
  • 1 cucharada de mantequilla sin sal
  • 1 cucharada de leche
  • 1 cucharada de ron
  • Unas gotas de agua de rosas
  • Azúcar glass
  • Mantequilla, manteca o aceite vegetal para freír los mutzen 

En primer lugar fundimos la mantequilla en el microondas y la agregamos a la leche. Reservamos. 

Batimos los huevos con el azúcar hasta que se forme espuma. En un bol grande incorporamos la harina, el ron y el agua de rosas. Añadimos entonces los huevos batidos y la mantequilla fundida con leche. Mezclamos bien hasta obtener una masa lo más homogénea posible. 

Amasamos sobre una superficie plana hasta que se suavice. A continuación la aplanamos con un rodillo hasta dejar una capa de unos 2 ó 3 mm de grosor. 

Tradicionalmente se corta la masa con forma de diamante pero no hay problema en hacerlo de cualquier otra manera. Funciona muy bien hacerlo con un rodillo de los que se usan para cortar pizza. 

Calentamos el aceite (de girasol, por ejemplo) y cuando está a punto de humear vamos incorporando los mutzen que hemos cortado para que se doren. Deben quedar cubiertos de aceite burbujeante para lo cual debe haber al menos dos dedos de profundidad y sobretodo no pongáis demasiados a la vez porque se pegarían entre si. 

Cuando se han dorado los sacamos con una espátula para dejarlos en una rejilla para que escurran el aceite sobrante. Cuando están templados se les espolvorea con azúcar glass por ambos lados.

KARNEVAL ALEMÁN

El origen del Carnaval en Alemania difiere de un estado a otro pero en general se admite que tal y como lo conocemos en la actualidad - máscaras y disfraces, bailes, desenfreno y falta de respeto a la autoridad - se inició en Venecia y de allí pasó al resto de países católicos. 

Desde Francia llegó a Renania y luego se expandió por las otras regiones católicas de Alemania. Si bien es una celebración católica, previa a la Cuaresma, también se celebra por mimetismo en zonas de mayoría protestante como Berlín. 

En Alemania se emplean tres palabras para referirse al Carnaval : Karneval, Fasching y Fastnacht. 

La primera se emplean en Renania mientras que el resto son más habituales en el sur del país. 

En Renania el gran desfile se celebra el lunes mientras que en el sur se suele hacer el domingo previo. De todos los carnavales que se celebran en Alemania el más importante es el de Colonia (de renombre internacional), seguido del de Düsseldorf, Maguncia (los tres en las "Renanias") y luego el de Munich y Berlín, aunque de hecho hay carnavales en muchas otras ciudades y villas. 

Hay diferencias entre los diferentes modos de celebrar el Carnaval. En Renania es similar al que se celebra en Cádiz, con abundante sátira y mofa de los políticos y hechos acontecidos a lo largo del año. En cambio en el sur hay mayor énfasis en los disfraces y los desfiles, siendo menos "punzante". 

El Carnaval se empieza a preparar como muy tarde tras las fiestas navideñas, aunque lo habitual es que los trabajos se desarrollen a lo largo de todo el año anterior. Las asociaciones confeccionan disfraces para los desfiles y fiestas además de engalanar carrozas. Llegados los días se celebran los desfiles y otros actos tradicionales, finalizando todos los eventos la noche del martes que precede al Miércoles de Ceniza. 

En Munich por ejemplo casi toda la celebración se lleva a cabo en la famosa y céntrica Marienplatz pero hay bailes, música y fiestas por toda la ciudad. El domingo de Carnaval se celebra una gran parada con carrozas, bailarines y bandas de música por el centro que culmina en la Hofbräuhaus con una gran fiesta. Durante la fiesta - y en general a lo largo de todo el Carnaval - los muniqueses consumen gran cantidad de comida y bebida, lo que a veces hace palidecer el Oktoberfest ya que a diferencia de éste, concentrado en un sitio concreto, el público invade toda la ciudad dándole mucho más colorido con sus disfraces. 

La celebración de Carnaval más grande y conocida de Alemania tiene lugar en Colonia. Como en la mayor parte de Renania, el punto culminante es el gran desfile del Lunes de las Rosas (Rosenmontag), el más grande de toda Alemania, que se extiende en una longitud de seis kilómetros. Al igual que en Munich, la comida, la bebida, la música, los disfraces y las fiestas (algunas destacan por la enorme elegancia de los invitados, que parecen salidos de un cuento de los hermanos Grimm) invaden la ciudad. 

Para darse cuenta de lo "gordo" que es el Carnaval en Colonia, el lunes de desfile no es un día festivo, pero muchas tiendas y empresas cierran y aunque no todo el mundo acuda por las aglomeraciones que se producen es bastante habitual que se siga por la televisión. 

Que un alemán deje de trabajar es algo remarcable. No lo hacen ni en el Oktoberfest...

En Maguncia la celebración es muy similar a la de otras ciudades renanas como Colonia y Düsseldorf. La transmisión del desfile de los lunes a toda Alemania alcanza niveles de gran premier con más de 2 millones de espectadores. Para los españoles el desfile de cabezudos, típico de la ciudad, tiene un aire de deja vu muy potente. 

El Carnaval tiene muchas particularidades según el sitio donde se celebre. Por ejemplo en Bonn se inició la costumbre de que las mujeres cortaran la corbata de los hombres que encontraban por la calle. El ejemplo cundió por toda Alemania y ahora los hombres durante determinadas fechas, si se encuentran en zona "carnaval", tienen mucho cuidado sobre la forma en que se visten...o eligen del vestuario aquella corbata que odian. A cambio de perder parte de la indumentaria reciben un beso en la mejilla, lo cual no está nada mal. 

En Colonia es corriente hacer discursos satíricos - al modo de las comparsas gaditanas - y en otros lugares se queman efigies de paja, por mencionar algunas tradiciones. 

Ir a Alemania en Carnaval sacude muchas ideas preconcebidas sobre la seriedad y falta de sentido del humor de los alemanes. Claro que, hagan lo que hagan, beban lo que beban, al día siguiente estarán en el puesto de trabajo con la puntualidad habitual. Hay cosas que no cambia ni el Carnaval.