Rosquillas alemanas de Carnaval

El nombre con que se las conoce es Spritzkuchen, que se compone de Spritz, rociar o salpicar a través de una jeringa o manga pastelera y Kuchen, pastel, con lo que vendrían a significar Rosquillas estrujadas o algo similar. En inglés tal vez os suenen más porque son las famosas Cruller o Kruller, que no suelen faltar en las ferias norteamericanas.  

Fonéticamente en castellano se pronunciaríasn como spritz-kújen  

Esta rosquilla se asemeja a un churro español al que hayamos dado una forma circular ya que al igual que estos también cuenta con un acanalado creado por medio de la boquilla de la manga pastelera. De la misma manera, también se fríen en aceite.

Hasta ahí llegan las similitudes.

En realidad se trata de una pasta choux que  con una vez dada la forma y frita se cubre con una glasa. Nada que ver por tanto con los churros aparte del aspecto visual.

Los  spritzkuchen  proceden de  Brandeburgo, el estado federal que rodea Berlín, ciudad donde también son muy populares. Se consumen en Carnaval aunque actualmente es posible encontrarlos en cualquier época del año.

Estas rosquillas llegaron a los Estados Unidos de la mano de los emigrantes que poblaron el medio oeste americano entre los siglos XIX y XX. Allí se conocen como Kruller o Cruller.

INGREDIENTES :

Para la masa choux

  •  250 ml de agua
  •  150 gramos de harina blanca de trigo
  •  50 gramos de mantequilla
  •  2 huevos tamaño XL
  •  1 pellizco de sal

Para el glaseado

  • 150 gramos de azúcar glass
  •  3 cucharadas de agua

Para la fritura

  • Aceite de girasol, canola, maíz etc.

En primer lugar vamos a preparar la masa choux. Para ello primero pasamos por un colador o tamiz la harina para evitar que se formen grumos. Reservamos.

En una cazuela llevamos a ebullición el agua con la mantequilla y el pellizco de sal.

Cuando la mantequilla se ha fundido vertemos de golpe toda la harina y con una cuchara de madera removemos con fuerza hasta que la masa resultante se separe de las paredes de la cazuela. Este proceso no tarda más allá de 1 minuto.

Colocamos la masa en un bol y le vamos añadiendo los huevos batidos, uno a uno.

Trabajamos el primer huevo batido para que se integre en la masa (si tenéis una amasadora o similar es el momento de usarla) y cuando así ocurra, incorporamos el segundo.

Ahora viene la parte del truco de la fritura.

En primer lugar cortamos cuadrados en el papel de hornear de unos 10 cm de lado. Es decir, cuadrados individuales sobre los que depositaremos una rosquilla.

Para ello cargamos la masa en una manga  pastelera con boquilla estriada de tamaño medio - igual que si fuéramos a hacer churros - y realizamos una rosquilla sobre cada cuadrado de papel de hornear que hemos recortado. Esto es muy importante ya que la masa es demasiado endeble para que podamos pinzarla con algo y llevarla al aceite. Así que incorporaremos la rosquilla al aceite con el papel pegado a la misma.

Si tenemos una freidora con control de temperatura cargamos aceite de girasol o mezcla de girasol y oliva para llevar a una temperatura de 180 grados. Si no es así, cargamos una sartén honda con al menos dos dedos de aceite de profundidad, a fuego medio.

Con cuidado de que no salpique, incorporamos la rosquilla en el aceite ya caliente todavía colocadas sobre el papel para hornear. La forma "industrial" de hacerlo es con el papel hacia arriba pero de esa manera el riesgo de salpicadura es mayor - de ahí el nombre que poseen en alemán - así que lo más seguro es deslizar la rosquilla de manera que el papel quede abajo.

Una vez la rosquilla empiece a estar frita el papel se desprenderá, así que tened a mano unas pinzas para retirarlo con cuidado de no quemarse. Nunca se deben freír más de un par de rosquillas a la vez porque se podrían  pegar entre sí.

Una vez la rosquilla tenga aspecto dorado y flote sobre el aceite la retiráis para dejar escurrir el aceite sobrante en un papel de cocina absorbente.

Cuando estén templadas hacemos el glaseado mezclando el agua - algunos prefieren hacerlo con un licor - con el azúcar glass, pintando a continuación las rosquillas con el mismo. Cuando solidifique estarán cubiertas por una capa crujiente de azúcar.

Las rosquillas, al estar hechas de pasta choux, son bastante ligeras y muy fáciles de comer, así que cuidado porque en un minuto te puedes zampar media docena.