Rollos de canela

Se han puesto de moda hasta el punto de que existen pequeñas tiendas que sirven diferentes tipos de panecillos como única oferta para acompañar una taza de café o té. La verdad es que existen desde hace mucho tiempo y como sucedió con los muffins centenarios que luego se convirtieron en cupcakes, los rollos de canela todavía están en la "fase 1" evolutiva como un Pokémon de los primeros días. Veremos cosas peores.

Un rollo de canela consiste en una masa que forma espirales sobre un relleno de canela molida y azúcar. No se elabora con hojaldre ni con ningún otro tipo de masa que se comercialice, sino con un bizcocho flexible que debes hacer tú mismo. De todos modos es un proceso bastante sencillo.

INGREDIENTES:

Para la masa:

  • 3 tazas de harina de repostería
  • 1 taza de leche
  • Media taza de azúcar blanca granulada normal
  • Media taza de mantequilla sin sal derretida
  • 2 huevos
  • 1 cucharada de levadura fresca (que debe guardarse en nevera) aunque también se puede hacer con levadura seca de panadería
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1 pizca de sal

Para el relleno :

  • 100 gramos de mantequilla
  • 3 o 4 cucharadas colmadas de azúcar morena
  • 3 o 4 cucharadas colmadas de canela en polvo

Para el glaseado:

  • 100 gramos de queso crema
  • 2 cucharadas de mantequilla derretida
  • 2 cucharadas de leche
  • 1 taza de azúcar glass


En un bol grande cascamos los dos huevos y los batimos. A continuación añadimos el azúcar y mezclamos con las varillas metálicas. Si usamos levadura fresca lo mejor es disolverla previamente en leche tibia y después de media hora añadirla a los huevos con azúcar. Si usamos levadura seca, se vierte la leche y luego la levadura, mezclando bien.




Vertimos la mantequilla líquida, la esencia de vainilla y una pizca de sal (la sal sirve para potenciar el sabor dulce de la masa).

Finalmente añadimos la harina previamente tamizada sin dejar de remover con las varillas.

La masa se espesa hasta el punto en que debemos trabajarla con una cuchara de madera. Cuando lleguemos a ese punto lo mejor es dejarlo reposar media hora tapado y con un paño encima para que quede menos pegajoso.

Pasado el tiempo de reposo, lo amasamos con fuerza para que quede homogéneo y aireado. La prueba principal ocurre cuando hundimos el pulgar del dedo como si quisiéramos dejar nuestra huella y cuando se retira la masa recupera su forma anterior en unos segundos.


Sobre una superficie plana espolvoreamos harina y sobre ella aplanamos la masa con ayuda de un rodillo. Debe quedar bastante fina y de forma rectangular.

Luego esparcimos la mantequilla a punto de pomada (unos segundos al microondas) sobre la masa con una espátula o similar - yo uso una de silicona - para que pinte toda la superficie.



Mezclar la canela en polvo con el azúcar morena granulada y espolvorearlos sobre la masa que hemos cubierto con mantequilla, para que se pegue la mezcla.

Ahora vamos a enrollar la masa sobre sí misma por el lado mayor del rectángulo, de manera que obtendremos una espiral con un radio muy pequeño. Es lo mismo que enrollar una alfombra. Lo vamos haciendo con cuidado hasta conseguir una especie de rodillo que cortaremos en secciones de unos 3 centímetros. Ahora vemos claramente la forma del rollo de canela.



Engrasamos una bandeja que puede ir al horno e introducimos los rollitos. Ahora las dejaremos reposar hasta que dupliquen su tamaño gracias a la acción de la levadura de la forma habitual, en un lugar fresco, seco y tapadas con un paño. Es importante que usemos una bandeja con paredes altas porque si intentáramos hornearla directamente sobre la bandeja de horno cuando se dilatara perderían forma. Las paredes de la fuente impiden la expansión.



Una vez que han aumentado de tamaño para que casi no haya espacio entre ellos, calentamos el horno a 180 grados y los horneamos durante 20 minutos.

Mientras los rollos de canela están en el horno haremos el glaseado simplemente mezclando el queso crema (tipo Filadelfia), la mantequilla líquida, la leche y el azúcar glass con las varillas.

En el momento en que los rollos salen del horno, los pintamos con el glaseado con una espátula de silicona o un pincel ídem y listos para comer.



Obtendrás unos rollos de canela increíbles y esponjosos, con un aroma y sabor alucinantes.