Hay bastante gente que continua consumiendo gazpacho hasta en lo más crudo del invierno. El gazpacho es una increible fuente de vitaminas si bien debo indicar que fuera de temporada las verduras que forman el gazpacho no han sufrido un proceso de maduración "natural" y por tanto su aporte vitamínico es menor. Las verduras "de cámara" terminan su maduración en cámaras frigoríficas en el justo momento en que el mercado las demanda. Por fuera son perfectas pero a menudo el color de la carne no se corresponde con el exterior y presentan anomalías internas dificilmente explicables. Todo ello se debe a que no ha sido el sol quien ha terminado de madurarlas. No hay tomates en invierno, por mucho que las estanterías de los supermercados estén llenas.
En cualquier caso esta es la receta de gazpacho más habitual. Aplícala en verano o en invierno.
INGREDIENTES :
1 Kg de tomates
1 pimiento rojo grande
1 pimiento verde grande
1 cebolla
1 pepino
pan duro
limón (opcional)
sal
vinagre
aceite virgen de oliva
En primer lugar vamos a pelar los tomates y los pimientos. Para ello lavaremos las verduras y practicaremos algunos cortes no muy profundos en la piel. Con un par de cortes será más que suficiente. Colocamos al fuego una olla grande con agua hasta el hervor. En otra cazuela ponemos agua fria con cubitos de hielo. En primer lugar incorporamos en el agua hirviendo los tomates durante 10 segundos como máximo. Retiramos e inmediatamente llevamos al agua helada. Si todo ha sido correcto la piel quedará arrugada y se levantará separándose de la carne por el corte practico. Fácilmente retiraremos la piel. Con el pimiento rojo y el verde actuaremos de la misma manera pero manteniendo la verdura un minuto. Es muy importante quitar las pieles, por favor no os salteis el paso. Si no lo haceis el gazpacho queda amargo.
Una vez hemos eliminado las pieles procederemos a quitar las semillas y dejar sólamente la carne. Pelamos también el pepino simplemente con el cuchillo.
El pan duro lo mojamos en agua fría simplemente para reblandecerlo.
Ahora llevaremos el pepino, los pimientos, el pan duro mojado, la cebolla, un chorro de aceite virgen de oliva y el diente de ajo al vaso de la batidora y los trituraremos hasta que queden muy finos. Con agua helada empezaremos a diluir la crema resultante de la trituración y de vez en cuando vamos echando un poco de sal, una cucharadita de vinagre y hasta un poco de limón para ir probando y rectificando a nuestro gusto, tanto en la consistencia de la sopa como evidentemente el sabor (hay gente a la que no le gusta muy avinagrado, a otros le gusta de tacto grueso etc). No hace falta decir que se sirve frio o muy frio.
En cualquier caso esta es la receta de gazpacho más habitual. Aplícala en verano o en invierno.
INGREDIENTES :
1 Kg de tomates
1 pimiento rojo grande
1 pimiento verde grande
1 cebolla
1 pepino
pan duro
limón (opcional)
sal
vinagre
aceite virgen de oliva
En primer lugar vamos a pelar los tomates y los pimientos. Para ello lavaremos las verduras y practicaremos algunos cortes no muy profundos en la piel. Con un par de cortes será más que suficiente. Colocamos al fuego una olla grande con agua hasta el hervor. En otra cazuela ponemos agua fria con cubitos de hielo. En primer lugar incorporamos en el agua hirviendo los tomates durante 10 segundos como máximo. Retiramos e inmediatamente llevamos al agua helada. Si todo ha sido correcto la piel quedará arrugada y se levantará separándose de la carne por el corte practico. Fácilmente retiraremos la piel. Con el pimiento rojo y el verde actuaremos de la misma manera pero manteniendo la verdura un minuto. Es muy importante quitar las pieles, por favor no os salteis el paso. Si no lo haceis el gazpacho queda amargo.
Una vez hemos eliminado las pieles procederemos a quitar las semillas y dejar sólamente la carne. Pelamos también el pepino simplemente con el cuchillo.
El pan duro lo mojamos en agua fría simplemente para reblandecerlo.
Ahora llevaremos el pepino, los pimientos, el pan duro mojado, la cebolla, un chorro de aceite virgen de oliva y el diente de ajo al vaso de la batidora y los trituraremos hasta que queden muy finos. Con agua helada empezaremos a diluir la crema resultante de la trituración y de vez en cuando vamos echando un poco de sal, una cucharadita de vinagre y hasta un poco de limón para ir probando y rectificando a nuestro gusto, tanto en la consistencia de la sopa como evidentemente el sabor (hay gente a la que no le gusta muy avinagrado, a otros le gusta de tacto grueso etc). No hace falta decir que se sirve frio o muy frio.