INGREDIENTES :
2 ó 3 tomates maduros por comensal
25 gramos de arroz tipo bomba por tomate
25 gramos de carne picada por tomate
Cebolla
Ajo
Pimiento verde
Piñones
Orégano
Sal
Pimienta negra
Aceite virgen de oliva
Queso rallado cremoso
Según el listado de ingredientes, para cuatro personas necesitaríamos 8 tomates, 100 gramos de arroz y 100 gramos de carne picada. Elegid tomates maduros que estén todavía un poco enteros para que puedan soportar la manipulación sin destruirse.
Lavamos los tomates y les cortamos la tapa superior. Con una cuchara de postre vaciamos el contenido y lo reservamos. El tomate debe quedar sólo con la piel y la carne.
Ahora vamos a preparar el arroz. Hacemos un sofrito con una cebolla, pimiento verde y una punta de diente de ajo. Cuando la cebolla venza incorporamos la pulpa extraida de los tomates. Añadimos un poco de sal. En el momento en que el sofrito coja textura echamos el arroz y lo freimos hasta que los granos estén traslúcidos. Es el momento de añadir agua caliente, pero con precaución. Si por ejemplo el volumen total del arroz ocupaba medio vaso deberemos añadir un vaso entero, es decir, justo el doble del volumen del grano. Dejaremos hervir descubierto hasta que el arroz haya absorbido gran parte del agua. En el momento que aún se advierta caldoso y bastante blando - que no del todo - apagamos el fuego y cubrimos la sartén con papel de aluminio. Lo mantendremos así durante al menos diez minutos para que el arroz se termine de hacer con su propio calor.
Mientras, en otra sartén freiremos la carne picada - que puede ser de cerdo o ternera - con sal, pimienta negra, orégano y un puñado de piñones. Cuando haya perdido el color rosado pero aún no esté completamente hecha la retiramos. Ahora procederemos a mezclar el arroz con la carne para tener el relleno que introduciremos en los tomates.
Vamos haciéndolo uno a uno con una cuchara de postre de manera que no quede muy prieto. La parte superior la cubrimos con un buen puñado de queso rallado.
Metemos en el horno durante media hora a 190 grados o bien hasta que el tomate se vea bien horneado.