El invitado no deseado de estas Navidades : protegiendo nuestras mesas del Covid

Tenemos el Sars-Cov-2 encima y es un bicho que no suelta la presa dadas las facilidades que le hemos dado para ser cazados. Todo sea dicho, los errores han venido tanto desde arriba - el gobierno - como desde abajo es decir, nosotros la plebe. Durante meses negaron la necesidad de llevar mascarilla, dejándolo todo en manos de una distancia social y una ausencia de contacto que al final se ha revelado como necesaria pero incomparablemente menos dañina que la transmisión por aerosoles. La gente, zarandeada por decisiones contradictorias, por tertulianos desinformados y por su propio pasotismo suicida han creado sus propias teorías sobre lo mejor para protegerse, eligiendo lo cómodo y descartando lo que incomoda.

Cuando se hablaba de super contagiadores parecía que daban por hecho que alguien infectado por el virus había sido capaz de contagiar a decenas, incluso centenares de personas por medio de un contacto físico que por lógica era imposible, a menos que el sujeto fuera la persona más tocona del mundo.  Cuando ya estaba claro que la transmisión era por aerosoles los gobiernos seguían empeñados en hablar de distancia de seguridad y así, entre un primer momento en que se equiparaba el Covid con la gripe, que luego se admitio que era grave y el momento en que ya parece que estemos hablando del Supermán de los virus ha pasado casi un año que solo ha servido para aplanar curvas - pan para hoy y hambre para mañana -  y lanzar promesas de vacunas como quien pone una zanahoria delante de un burro. Las habrá, pero hay que prometerlas cuando tienes una caja de las mismas en almacén dispuestas a ser inoculadas.

Partamos de lo siguiente :

  • El Sars-Cov-2 es un virus muy peligroso, no tanto por el porcentaje de muertes que provoca, si no por su capacidad de residir en nuestros cuerpos sin dar síntomas, propiciando de esta manera el contagio de muchas personas antes de ser detectado. Otros virus se manifiestan con mayor rapidez y a pesar de su mayor letalidad se aíslan mejor dado que un individuo con ébola o MERS muestra síntomas tan evidentes que no pasaría ninguna inspección siquiera ocular sin ser detectado. Al final este virus "compensa" su falta de letalidad con una capacidad altísima de contagio que a la postre puede resultar en un número de muertes mayor si no se toman medidas. El ébola da mucho más miedo pero pocos casos se han dado fuera de África mientras que el Covid ha cubierto en meses todo el planeta matando a mucha más gente.
  • El Sars-Cov-2 se transmite de todas las maneras conocidas en que los virus pueden transmitirse : por vía aérea, por contacto directo, por contacto con superficies (fómites), por transmisión animal-humano (y viceversa) e intercambio de fluidos.
  • El mayor riesgo se produce en lugares donde exista un número elevado de personas, donde exista contacto físico, escasa o nula distancia social, baja o nula ventilación y además se produzcan situaciones donde se emitan gotículas a bastante distancia al gritar, hablar fuerte, cantar etc. Por si no os suena un lugar así es el escenario de una mesa de Navidad. Llega tu familia no conviviente y los abrazas o besas, los metes es un comedor poco ventilado porque hay frío y en un lugar donde hay una decena de personas las conversaciones en voz alta son lo más normal del mundo.
Lo más razonable y sensato sería no celebrar ninguna comida navideña con personas no convivientes, aislando especialmente - por muy cruel que suene -  a aquellas que padecen patologías previas que las hacen susceptibles de padecer un covid severo (obesidad, diabetes, cardiopatías etc). 

La Navidad es una cita eludible si hay que hacerla bajo el temor y el peligro. Dos millones de películas de Hollywood más tarde, todas ellas machacando sobre la maravillosa Navidad, es difícil extirparla de nuestros cerebros y como mucho me temo, las cenas y comidas familiares se van a seguir celebrando sin respetar las medidas de seguridad marcadas por los sanitarios. Veamos algunas maneras de minimizar el riesgo que, conviene remarcarlo, no va a ser ni mucho menos nulo.





Si celebras la comida navideña recibiendo algún familiar o incluso no familiar pero que por número no rebasa el límite marcado por las autoridades ten en cuenta lo siguiente.

  1. Ventila bien el espacio donde se vaya a celebrar la comida, tanto antes, como durante como después de la misma. La ventilación de un espacio se mide por la concentración de dióxido de carbono (CO2) que en el caso de los seres humanos se produce al exhalar aire. Una ventilación adecuada sería aquella en que la concentración de CO2 estuviera por debajo de los 400 ppm mientras que un lugar mal ventilado estaría por encima de los 800 ppm. Si el comedor no se pudiera ventilar bien por su disposición física o por otras razones, se debería colocar un ventilador aunque lo ideal sería un sistema de limpieza del aire por filtros HEPA. Estos aparatos valen entre los 50 y los 200 euros. Si hace frío, os abrigáis.  Es conveniente limpiar muy bien la zona antes y después de la comida. Fregad el suelo y emplead si podéis generadores de ozono domésticos -  no los uséis mientras estéis dentro de la estancia - para obtener una limpieza de objetos que no son fáciles de ventilar. En cualquier caso, siempre es mejor ventilar bien para que la concentración de virus sea la menor posible. Cuantos más virus existan en el ambiente, más posibilidades de contagio. También recomendable mantener ciertos niveles de humedad en la habitación. La humedad agrega las partículas y por simple gravedad las hace caer antes al suelo, evitando que progresen hacias las narices, bocas y ojos de los presentes. Basta con adquirir un humidificador de aire o simplemente hervir agua para llevar la cazuela a la zona antes de la comida. Lo indicado en este punto es vital, haced caso de estas precauciones.
  2. Evita el contacto físico y mantén la distancia social. Si puede ser , usad las mascarillas mientras no se consumen bebidas o comidas.  No os llevéis las manos a la cara bajo ningún concepto.
  3. Utilizad tantos elementos desechables como sea posible.  Por ejemplo emplead servilletas y manteles de papel - los hay diseñados para la Navidad con un aspecto más que digno  - y tratad los cubiertos y copas como si fueran elementos contaminados : no los intercambiéis, lavadlos inmediatamente tras su uso etc. El mantel de Navidad de papel se debe desechar de igual manera.
  4. Limpiad los elementos de la casa que hayan podido estar en contacto con los visitantes no convivientes : pomos de las puertas, el baño etc. Emplead lejía diluida en agua siempre que sea posible. No dejéis que la gente no conviviente que entra a vuestra casa entre con los zapatos en la casa.
  5. No cantéis ni habléis en voz alta. Si lo hacéis el virus aprovecha el aire exhalado o las gotículas para alcanzar mayor distancia.
  6. No hay que fiarse del aspecto saludable de nuestros invitados. El covid es asintomático durante largos periodos de tiempo, así que no conviene relajarse bajo ningún concepto.
  7. Si creéis que vuestro cuñado se va a sentir ofendido por las medidas sanitarias que hayáis tomado, lo mejor es renunciar a su presencia y hacer reuniones telemáticas o celebrar la Navidad en el núcleo estrictamente familiar de convivientes. Vuestra salud, mental y física, os lo agradecerá
  8. Si estamos tosiendo o tenemos un resfriado, tanto si somos anfitriones como invitados, y por muy seguros que estemos que no se trata de Covid, nada de ir a ninguna casa o de aceptar a gente en la nuestra. Lo mismo si nos encontramos mal. El covid se manifiesta de múltiples maneras, así que actuemos siempre con la máxima precaución.
  9. Cuarentenas previas voluntarias. Hay personas que abogan realizar cuarentenas previas para ir a las comidas navideñas con la seguridad de no contagiar al resto. Esto es, encerrarse en casa 10 días antes de la comida. Claro que no para todo el mundo es posible y aunque de momento la cuarentena es lo único que ha funcionado contra el covid, una vez pones las patitas en la calle o en un entorno ajeno al tuyo, el riesgo de infectarse renace de inmediato.
  10. Ir a las comidas con PCR, tests serológicos o test de antígenos. Hacerse un test y que resulte negativo no significa que no te puedas infectar en el mismo momento en que sales de la consulta tras hacértelo o en el lapso de tiempo que media entre realizar la prueba y que acudes a la comida. Además hay un riesgo adicional : "ya que todos tenemos el test negativo fuera mascarillas, venga abrazos y besos que aquí no pasa nada".  Esa falsa seguridad podría matar a muchos de los invitados, así que máximo cuidado cuando os parezca precisamente que el peligro es mínimo. Así que si decides que lo mejor es este camino, debes seguir con las mismas precauciones que se han indicado, sin bajar la guardia bajo ningún concepto.

Tras la comida y una vez los invitados han abandonado la casa conviene hacer tres cosas con nosotros mismos :

  1.  Cambiarnos de ropa y ponerla  a lavar. Toda, sin excepción.
  2. Ducharnos. No olvidéis de lavaros la cabeza, así que no gastéis mucho en temas de peluquería porque si el virus está sobre nosotros hay que eliminarlo. El jabón destruye la película de lípidos del virus Sars-Cov-2 y claro, sobre el mismo no puedes verter gel hidroalcohólico. El champú es la única solución.
  3. Lavar las fosas nasales con suero fisiológico. Es inocuo y se vende sobre todo para limpiar las narices de los bebés. Si el virus ha entrado por las fosas nasales hay que eliminarlo. También puede entrar por los ojos, pero sobre eso no tengo nada claro como eliminarlo. Ni siquiera si se puede. Y claro, ir con gafas de protección durante la comida podría ser excesivo.
No se trata de asustar, pero sí de no minimizar el peligro de este terrible virus sin que por ello lo convirtamos en una especie de ser todopoderoso.  Si todo lo expuesto te parece exagerado, directamente te digo que lo mejor es que no celebres nada porque tu riesgo de contraer la enfermedad o de propagarla es muy alta. El tiburón blanco no tiene miedo de nada, tal vez de otro tiburón blanco mayor que él. Pero si se encuentra en su deambular por el mar con un ser desconocido, por prevención se aleja, porque lo desconocido es siempre potencialmente peligroso. Y mientras no venzamos al covid sabiéndolo todo de él,  es un desconocido.

Disfrutemos de la Navidad con inteligencia. Eso es todo. Hagamos la vida difícil a este monstruo, como él nos la ha hecho a nosotros.