Cocinando con niños : Palmeras

 

¿Quién no ha comida estas galletas? Ya sea en su versión "mini" , más conocidas como palmeritas, o en su versión "maxi" (lentes), las palmeras las vamos degustando a lo largo de toda la vida sin percatarnos de lo fáciles que son de hacer.

Las versiones más corrientes se pueden comprar a un precio muy bajo y no merece la pena hacerlas en casa pero las rellenas, menos habituales, permiten hacer rellenos salados o dulces y así tener galletas para aperitivos, postres o para picoteo a todas horas.

Os voy a enseñar a hacer palmeritas dulces de nutella y mermelada y también un tipo salado con olivada (pasta de aceitunas condimentada). Son tan fáciles de hacer que puede ser una buena manera de que los niños os ayuden en la cocina y así tenerlos entretenidos una tarde ahora que han empezado las vacaciones de Navidad. Así evitáis los "me aburro" y las actividades centradas exclusivamente en las pantallas de los móviles y tablets. Y si no, recordad el último confinamiento...

INGREDIENTES  (para una docena de palmeritas) :

1 hoja de pasta de hojaldre
Una cucharada de azúcar
Mermelada del sabor que más os guste ó
Nutella u Olivada (paté de aceitunas)

En primer lugar vamos a extender el hojaldre sobre una hoja de papel de hornear. Inmediatamente extendemos sobre ella el relleno que más nos apetezca sin que sea muy grueso. Con una fina capa es más que suficiente. Una vez extendemos el relleno, si se trata de nutella o de mermelada, podemos espolvorear un poco de azúcar (con una cucharadita será suficiente).

Cuando esté bien extendida procederemos a enrollar simultáneamente los lados opuestos tal y como se muestra en el dibujo inferior.


Como podemos observar, ya tenemos la forma habitual de la galleta. Ahora tenemos que cortar rebanadas del cilindro resultante de un dedo de ancho más o menos.

Precalentamos el horno a 180 grados, las colocáis sobre el mismo papel de hornear que os ha servido para que no se pegaran al mármol de la cocina y con unos 15 minutos - o hasta que se dore - será más que suficiente.

Si el relleno es salado no tenemos azúcar que al fundirse cohesione la galleta, así que procuraremos cerrar la pasta de hojaldre solapando los extremos. Así evitaremos que se abran al hornearse. Más fácil no podía ser.