Sýrniki


Los sýrniki a menudo se conocen como las tortitas rusa de queso, dándoles el mismo uso que las creps bretonas o los tortitas americanas. No obstante, aunque se pueden consumir en el desayuno generalmente son más habituales como postre a modo de blini enriquecido que además se cubre con crema agria (natma), mermelada, miel etc.

Son muy fáciles de hacer.

INGREDIENTES :

500 gramos de requesón
2 huevos
6 cucharadas de harina de trigo
2 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de sal 
Mantequilla (para freír) con un poco de aceite de oliva

Mezclamos el requesón con los huevos, la harina tamizada, el azúcar y la sal. Se trabaja con una cuchara de madera hasta que todo queda bien integrado.

Tomamos un trozo de la pasta - una bola que quepa en la palma de la mano - y la aplastamos hasta que toma una forma de tortita de medio centímetro de grosor, más o menos.

Fundimos un par de cucharadas de mantequilla en una sartén anti adherente y colocamos las tortitas sobre la misma hasta que se dora. Repetimos la operación por el otro lado.

Se sirven calientes o tibias con el aderezo que más os apetezca (miel, mermelada, jarabe de arce etc). Están realmente buenos y son una alternativa mucho más apetitosa que los productos similares basados en harinas.

¿Y si no tenéis requesón?

Se puede hacer requesón en casa con elementos comunes como son la leche, la sal y el zumo de limón o vinagre. No es la forma correcta de hacerlo ya que es fácil adivinar que el limón o el vinagre añade un sabor extra a la leche. La forma correcta de hacer el requesón es empleando ácido cítrico, cloruro de calcio (si la leche es baja en calcio obtendréis poco requesón) y sobretodo cuajo. En cualquier caso estos últimos elementos es difícil que los tengáis en casa, así que os explico el método con elementos comunes. Que los sýrniki tengan sabor a limón tampoco tiene mayor importancia.

1 litro de leche
El zumo de un limón
1 cucharadita de sal

Llevamos la leche al punto de ebullición y separamos del fuego. Incorporamos el zumo del limón poco a poco hasta que se corta la leche (se separa la parte sólida de la líquida), removiendo para que el proceso continúe tanto como sea posible. 
Vertemos sobre un trozo de tela tipo "sábana" para separar el sólido del suero. Apretamos bien para que el sólido escupa la mayor cantidad de líquido posible. Se puede dejar en el frigorífico para que vaya goteando y consolidando como requesón, para usar al día siguiente y no más tarde de las 48 horas ya que se echa a perder pronto.