Las bocas no son más que las pinzas del buey de mar. Mi recomendación es comerlas simplemente cocidas, sin ninguna salsa ni aditivo. Si las compráis frescas sólo hay que cocerlas pero eso hay que hacerlo bien o comeremos una especie de goma sintética en lugar de la deliciosa carne que esconden las pinzas.
En primer lugar hay que cocer las bocas en agua con sal. Lo ideal es cocerlo en agua marina pero si no tenéis se imita con agua de bidón - no del grifo - añadiendo sal marina. Para 2 litros de agua - los precisos para 1 Kg de bocas - se precisa medio kilo de sal.
Preparad también un cubo con agua y cubitos de hielo. Cuando transcurre el tiempo de cocción se debe sumergir el crustáceo en agua helada de manera que la carne se desprenda del caparazón con facilidad.
Muchos cocineros añaden al agua también un par de hojas de laurel y también unas bolas de pimienta.
Cuando el agua rompe a hervir incorporamos las bocas. En ese momento romperemos la ebullición y hay que contar 4 minutos desde el momento en que el agua vuelve a hervir.
Transcurrido los 4 minutos se llevan las pinzas al agua con hielo y luego o bien se sirve a la mesa o bien se guardan en el frigorífico cubiertas con un paño para que no se resequen.
Para comerlas es preciso romper el caparazón con la ayuda de unas pinzas especiales parecidas a los cascanueces.