Pastel de yogur, nata y manzana


A pesar de lo aparatoso del título la confección de este pastel es muy sencilla y el bizcocho de la base no requiere ni siquiera ser amasado. El resultado es muy vistoso. No empleamos azúcar si no sirope de ágave.

INGREDIENTES :

Para el bizcocho

200 gramos de harina de repostería
180 gramos de sirope de ágave 
125 gramos de yogur natural sin azúcar
100 ml de aceite de girasol
20 gramos (generalmente un sobrecito) de levadura química
3 huevos grandes (XL)

Para el relleno de manzana :

3 manzanas golden / verden
2 cucharadas de mantequilla

Para la cobertura de nata y el relleno :

500 ml de nata para montar con contenido graso mínimo del 35% y preferible del 38%
150 gramos de sirope de ágave

En primer lugar vamos a precalentar el horno a 180 grados y vamos a introducir durante una media hora la nata para montar en el congelador o la parte baja del frigorífico, así será más fácil de montar.

En un bol mezclaremos la harina, el sirope, el yogur, el aceite, la levadura y los tres huevos. Batimos bien con las varillas o con la batidora de varillas dobles, lo que tengáis. Se trata de que todo quede bien mezclado y no os preocupéis por si queda demasiado líquido y de color marrón claro, así debe quedar.

Una vez tengáis bien batida la mezcla, la introducimos en un molde de aluminio previamente engrasado con mantequilla (o en uno de silicona en el que no hace falta engrasar) de unos 22 cm de diámetro (el tamaño de un plato normal).

Introducimos el molde en el horno y cronometramos 25 minutos.

Mientras el bizcocho se hornea vamos a hacer la cobertura de nata. Para ello extraemos la nata del congelador y la vertemos en un bol de cristal o porcelana. Con las varillas o la batidora de varillas (las de montar nata) empezamos a batir hasta que la nata coge consistencia. En ese momento añadimos el sirope de ágave y continuamos batiendo hasta que al dar la vuelta al bol la nata no cae (haced la prueba cuando estéis seguros que por la consistencia no va a caer, claro). Una vez tenemos la nata montada la reservamos para su posterior uso.

Ahora vamos a hacer el relleno de manzana. Para ello pelamos y cortamos las manzanas en taquillos pequeños o en láminas, como prefiráis. En un sarten incorporamos la mantequilla y a fuego medio pasamos la manzana hasta que se ablanda. Para facilitar el proceso es aconsejable cubrir la sartén. Una vez la manzana se ha tornado de color marrón y está blanda, la retiramos y reservamos.

Ahora vamos a montar finalmente el pastel.

Extraemos el bizcocho del horno y comprobamos que está bien hecho clavando un palillo en el centro. Si sale limpio es que está bien horneado. En caso contrario le damos 5 minutos más.

Dejamos enfríar y desmoldamos. A continuación lo partimos por la mitad con un cuchillo largo, dejando una marca para que ambas partes coincidan de nuevo una vez hemos incorporado el relleno.



Una vez tenemos las dos partes separadas, sobre la mitad que constituye la base vertemos la manzana frita, distribuyéndola bien, y sobre la misma una capa abundante de nata. Es el momento de cubrir la base con la mitad del bizcocho que hemos separado previamente.

A continuación cubrimos el resto del pastel con una capa super abundante de nata. Y listo. Podemos guardar en el frigorífico o consumir de inmediato.

Los comensales, que esperan un pastel de nata al 100%, se verán agradablemente sorprendidos al encontrar el corazón de manzana del pastel.