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Usos y costumbres italianas alrededor de la comida



" El desayuno o “colazione” :

Los italianos suelen hacer un desayuno bastante ligero, a veces consistiendo en nada más que un café. El desayuno es dulce, tomando capuccino y algo de bollería como por el ejemplo el cornetto, muy parecido al croissant francéso tostadas con mantequilla y mermelada, el brioche o unas simples galletas. Los adolescentes toman café con leche y los niños leche sola. Por supuesto que hay personas que toman desayunos más completos compuestos por zumo, avena y huevos pasados por agua, pero no es lo más habitual.

El capuccino es muy raro que lo tomen fuera del desayuno. A partir de esa hora manda el café espresso.

A media mañana pueden comer alguna cosa, especialmente si se han levantado muy temprano.

El almuerzo :

El almuerzo de mediodía o “pranzo” se suele tomar alrededor de las 13 h. Si se tiene la suerte de poder comer en casa se suele optar por un primer plato de pasta y un segundo no demasiado elaborado, aquí la prisa manda.

Todo cambia durante los días festivos, en que el pranzo es la comida más importante del día y las recetas que se presentan a mesa mucho más elaboradas.

El postre acostumbra a ser fruta pues los dulces se reservan para ocasiones especiales. Los italianos nunca toman yogur como postre. El yogur se reserva para el desayuno o la merienda. Los adultos acostumbran a tomar un café espresso antes de reincoporarse al trabajo. Si por motivos laborales se come fuera de casa se puede optar por diferentes tipos de restaurantes. Los más habituales son la trattoria, el ristorante, la osteria y la pizzeria. Una trattoria es el equivalente a un restaurante de menú español y por tanto los precios son bajos y solo se sirve menú con una cantidad limitada de platos. Son de largo los más utilizados por los italianos para hacer una comida rápida y lo más parecida a la cocina tradicional.

Pero hay que tener cuidado porque a veces, sobretodo en zonas turísticas, el nombre “trattoria” se utiliza más por lo atractivo que suena que por ser un restaurante barato. Es decir, que dentro de la supuesta trattoria encontramos un restaurante de precio mucho mayor.

Los ristoranti son el equivalente a los restaurantes a la carta españoles y aquí los precios son más elevados y el rango de recetas a elegir sensiblemente superior que en las trattorias, además de ser más elaboradas

¿Y la Osteria? También las encontraréis con el nombre Hostaria y Taverna. Son parecidas a nuestros bares o tabernas donde se sirven platos tradicionales y sin pretensiones. Son más baratas que las trattorias pero podéis tener problemas de comprensión si viajáis a un lugar con variantes dialectales complicadas. El dialecto véneto o siciliano que utiliza el camarero puede llegar a sonar chino aunque entendáis bastante bien el italiano formal.

Aún más simple que la Osteria es la Tavola calda (literalmente “mesa caliente”) donde se toman snacks o algo rápido directamente en la barra o en sencillas mesas.

Las Rosticeria y Girarrostro son lugares donde se compran comidas preparadas muy simples para degustar mientras se camina o simplemente para llevar y comer en el parque o en la habitación del hotel. Sirven croquetas de arroz, fioridi zucca (flores de calabacín rellenas) fritas, pollo o pizza al taglio (pizza al corte). En la antigua Roma había muchos pseudo restaurantes donde la gente compraba la comida y la comía en un barra o se la llevaba a casa. De hecho en la ciudad de Pompeya se han conservado diversos lugares que podrían ser los antecesores de las Tavola Calda.

Los Mescita, Fiaschetteria son locales donde se va a degustar vino. A veces la Mescita sería el equivalente a una Taberna pero sin comidas donde elegir – salvo tapas simples – y la Fiaschetteria también permite tomar vino pero además suele tener adjunta una Trattoria donde se puede comer algo con más fundamento que en la Mescita.

Si no dispone de Trattoria adjunta se puede al menos tomar una tapa. Últimamente se está imponiendo el nombre de Enoteca que es común en muchos lugares del Mundo para referirse a un local que exhibe una notable colección de vinos.



En los restaurantes las cartas se suelen dividir en antipasti,primi, secondi, contorni e dolci.

Los antipasti son entrantes simples como el carpaccio de manzo, una grigliata de verdura etc.

Los primi equivaldrían al primer plato de España. Suelen ser de pasta. Los secondi equivalen al plato principal o segundo plato de los menús españoles. Son los que contienen la mayor cantidad de proteína y suelen estar compuestos de recetas de pescado o carne.

Los contorni equivalen a los acompañamientos, es decir, se usan para complementar el plato principal. Pueden ser patatas fritas, ensalada, setas etc.

Los dolci serían los postres y no siempre incluyen fruta (excepto la macedonia que en Italia se llama igualmente macedonia di frutta). Otros postres habituales son los famosos gelati italianos, el tiramisú o algunos tipos de tortas y pasteles.

Cuando llega la hora del café basta pedir “caffé” para que sirvan directamente un café espresso. Es el tipo por defecto. El capuccino no lo pidáis a la hora de la comida porque os mirarán raro, es un café típico del desayuno. El machiatto equivaldría al cortado español. El correto incluye algún tipo de licor, generalmente grappa, y es más o menos el carajillo español. El ristreto es un espresso muy corto y el caffellate es un café con leche.

Los italianos compran el pan en el panifici, que equivale a la panadería española. Hay muchos tipos de panes y varían incluso entre provincias y ciudades, así que comprad el pan por la vista. Hay tipos rústicos parecidos a los panes de payés españoles y otros que se asemejan a las baguettes. Y algunos de ellos no se parecen a nada de lo hayáis visto en las tahonas españolas, ni por forma ni sabor.

Los italianos desde luego que comen pizza pero son bastante conservadores en sus gustos. Es raro que coman pizza con pollo, piña o huevo, prefiriendo los sabores tradicionales : diavolo, margheritta, quattro stagioni, capricciosa... Sorprende que algunas pizzerias posean una carta tan parca de tipos de pizza. Para ellos no todo vale a la hora de combinar productos y aunque pueden comer pizza con fruta la pizza de piña con pollo tiene muy poco predicamento.

Generalmente se sirve una pizza entera por comensal, nunca en porciones a menos que se haga en puestos informales para degustar mientras se camina o llevar a casa (las Tavola Calda que hemos visto anteriormente).

En Italia, al igual que en España, la propina (“mancia” en italiano) no es obligatoria ni se debe calcular como un porcentaje del total de la factura como ocurre por ejemplo en los Estados Unidos. Si se quiere dar no hay problema, pero no se espera, se supone que el camarero o quien hace el servicio ya cobra lo suficiente.

Los niños suelen merendar al salir del colegio, pero no así los adultos.

La cena :

La cena suele ser bastante ligera. Se sirve después de las 20 h. Se suelen tomar sopas, ensaladas, y en general preparaciones muy ligeras.

Comida italiana y salud :

Un país que consume tanta pasta, pizza y helados, sin mencionar algunas preparaciones altamente calóricas, podría parecer que está lleno de gente obesa. En realidad es al contrario. Es muy raro ver a italianos obesos. Hay varias razones que explican esta aparente paradoja. En primer lugar la dieta italiana se circunscribe dentro de la dieta mediterránea y en ella abundan los productos hortofrutícolas, el pescado azul y la ingesta moderada de vino.

En segundo lugar los italianos siempre cocinan la pasta al dente. Esto significa que los carbohidratos se absorben lentamente y el índice glucémico se mantiene bastante estable a lo largo del día. Un italiano no suele padecer grandes variaciones del azúcar en sangre y esto evita que pique comida entre horas.

Aunque los españoles y los italianos somos muy parecidos en cuanto a costumbres, aspecto físico, comidas e incluso lenguaje – un español puede conversar con relativa fluidez con un italiano a pesar de no saber el idioma – hay sutiles diferencias que debemos conocer y respetar. Es aquel viejo dicho de “donde fueres haz lo que vieres”.

Es poco habitual en los restaurantes italianos solicitar más queso rallado o más tomate o más de lo que sea. Tampoco es habitual solicitar que se retire un determinado ingrediente a no ser que seamos alérgicos o intolerantes. El cocinero da por hecho que las cantidades que emplata son las adecuadas y no espera que el camarero le transmita solicitudes de los comensales. No se van a negar, pero lo encontrarán muy raro. El cacio e pepe, la carbonara, la parmigiana son “así” y cualquier exceso la puede estropear.

Así es como piensan porque para ellos la comida es importante y respetarla, también. Por eso no encontraréis “italianadas” en sus menús, por mucho que los turistas las soliciten, y es un drama – empleando este término con mesura – verse obligados a emplear penne en una receta que se hace con fettuccine porque no disponen del mismo en la despensa.

Un italiano sabe comer. Son bastante sibaritas y muy alejados del estereotipo de devoradores incontrolables de pasta y pizza con que los pintan en algunas películas de Hollywood, por lo general muy mal documentadas. 

Los italianos consumen una enorme variedad de alimentos. Mientras que un español o un francés ingiere alrededor de 20 tipos de verdura, un italiano puede consumir 50 o más tipos diferentes. Y siempre prefiere la calidad a la cantidad. Es muy extraño que un italiano se pase en la cantidad de pasta que debe cocinar para si mismo o para un grupo de gente. Como no les gusta la pasta pasada ajustan las raciones de forma muy precisa y raramente sobrepasan los 100 gramos de ración al día. Eso evita que los carbohidratos se transformen en grasa. Así mismo siguen algunas reglas que nos pueden parecer extrañas pero que ellos se toman muy en serio. Algunos tipo de pasta no la combinan jamás con según que tipos de salsa o alimentos. Jamás comen dos tipos de carne distintas en un mismo ágape ni la mezclan con pescado. No se si esto tiene efecto en la salud pero la verdad es que les va muy bien y como digo parecen ser inmunes a la plaga de obesidad.

También es habitual que tras las comidas salgan a dar un corto paseo de apenas 15 minutos, lo que se llama la passeggiata. Este breve ejercicio evita que el sedentarismo active la transformación del exceso de calorías en grasa.

Al igual que ocurre en España, los italianos celebran diversas festividades con ágapes especiales. En la cena de Fin de Año (“Cenone di San Silvestro” o “Vigilia di Capodanno”) se degusta un fiambre conocido como Cotechino (una especie de salchicha grande rellena de carne de cerdo que debe ser cocinada antes de ingerirla) acompañado de lentejas. Por supuesto es una tradición que no se sigue a rajatabla y en la actualidad los italianos prefieren platos mucho más sofisticados y mundanos.

Al igual que ocurre en España las comidas durante el fin de semana se acostumbran a hacer en familia y las sobremesas se extienden por largos periodos que se utilizan para socializar.

Algunas fiestas tradicionales, locales o generales, llevan asociadas el consumo de un determinado alimento. En Semana Santa, por ejemplo, es tradicional la Colomba di Pasqua, al igual que consumir carne de cordero y los conocidos huevos de pascua. Encontraréis algún producto o comida típica por cada ciudad o región que visitéis. Sería demasiado prolijo enumerarlos todos, así que prefiero que seáis vosotros mismos los que descubráis ese tesoro cultural que es la gastronomía italiana. Merece de verdad la pena. "