Esta receta es un acompañante que en determinados momentos puede constituir un entrante o un "dip". Son muy fáciles de hacer y realmente sabrosas. Si queréis servirlas como entrante podéis preparar una salsa alioli, mahonesa o hummus y mojarlas en ella, quedan de muerte.
INGREDIENTES (4 personas) :
1 ó 2 berenjenas grandes
Harina de tempura (si no tenéis podéis mezclar a partes iguales harina de trigo y de maíz)
2 huevos
Levadura química
Sal
Agua
Aceite virgen extra de oliva
Antes de iniciar el rebozado es conveniente cortar las berenjenas en rodajas no muy anchas pero tampoco finas como el papel - sin quitarles la piel - y meterlas en un bol con agua y abundante sal durante al menos media hora. De esta manera se eliminará el tóxico que contienen y que les confiere un sabor amargo.
Mientras preparamos el rebozado. Para ello batimos los dos huevos y añadimos la harina de tempura hasta que queda una masa bastante seca. A continuación añadimos agua poco a poco hasta obtener una papilla espesa. Seguidamente añadimos medio sobre de levadura química (unos 10 gramos o media cucharada) y media cucharadita de sal. Batimos enérgicamente con las varillas hasta que desaparecen los grumos.
Vaciamos el agua del bol - veréis que sale verdosa, es el tóxico - y llevamos las rodajas de berenjena a bañarse en el bol del rebozado.
Llenamos una sartén con abundante aceite de oliva y lo calentamos a fuego fuerte. Cuando está bien caliente procedemos a rebozar las berenjenas evitando que se toquen entre si y vigilando que no se quemen. Veréis que la masa del rebozado se pega a las hortalizas y quedan de un color dorado oscuro. Son apenas unos minutos por rodaja. Tras la fritura colocadlas sobre un papel absorbente para eliminar el aceite sobrante.
Se comen calientes tal cual acompañando platos de carne o pescado o bien mojándolas en salsa. En cualquier caso os aseguro que están muy pero que muy buenas.