Los huevos a la flamenca es una sencilla receta...que no tiene receta. Me explico. Parece ser que su origen fue algunos bares sevillanos que combinaron diversas hortalizas y embutidos con un huevo hecho al horno. El colorido aspecto final del plato le adjudicó el nombre sin discusiones. Generalmente los huevos a la flamenca se cocinan en cazuelitas individuales de barro que se pueden hornear directamente.
Los huevos a la flamenca pueden llevar un sofrito de varias verduras - cebolla, tomate, pimiento - o bien varias hortalizas rehogadas - guisantes, espárragos, berenjena, calabacín - o incluso una combinación de ambas. También es habitual añadir chorizo o puntas de jamón e incluso añadir patata. A veces se cubre todo con tomate triturado pero siempre se corona con uno o dos huevos por ración que se cuajan al horno. Pero nada de esto, excepto el huevo, es fijo.
Si entráis en varias tascas sevillanas cada una os servirá una receta diferente, pero no es esto lo que nos interesa. Lo que nos interesa es que se trata de un plato completo, muy fácil de hacer y que nos puede solucionar una cena en cuestión de minutos o ser un entrante muy sabroso. Os dejo mi receta que es una cualquiera posible de entre miles posibles. Eso si, combinando proteína animal y vegetal para hacerlo completo si además mojamos pan en la yema del huevo.
INGREDIENTES (4 personas)
1 cebolla grande morada tipo "Figueres"
1 diente de ajo
100 gramos de jamón en tacos
100 gramos de chorizo picado
1 berenjena grande
1 calabacín grande
8 tomates ( o una lata de 200 gramos de tomate triturado)
8 huevos
Aceite virgen extra de oliva
Sal
Pimienta
Vinagre
Salsa Tabasco
En una sartén grande vertemos un chorro generoso de aceite de oliva. A fuego medio freímos la cebolla bien picada y el diente de ajo rallado. Cuando la cebolla transparente añadimos el jamón en tacos, el chorizo picado, así como la berenjena y el calabacín en trozos muy pequeños sin quitarles la piel. Dejamos hacer hasta que las hortalizas están bien hechas y blandas. Salpimentamos. Añadimos entonces los tomates sin piel ni semillas y bien picados hasta que el agua casi desaparece.
En ese momento incorporamos ese sofrito abundante en cada cazuela pequeña de barro. Hacemos un par de depresiones sobre el sofrito para acomodar los huevos, echando un chorrito de vinagre en cada uno. Cascamos los huevos y los depositamos en un plato plano. Los salpimentamos y añadimos unas gotas de tabasco - esto es mi gusto particular, no es necesario en realidad -.
Inclinando el plato para que el huevo resbale a la depresión que hemos practicado. Si está bien hecho la yema quedará encerrada dentro de la clara que la envolverá. Ahora metemos las cazuelas en el horno precalentado a 180 grados durante unos minutos, los justos para que la clara empiece a blanquear pero sin que el huevo cuaje completamente puesto que queremos que la yema esté blanda y así poder mojar pan.
Los huevos a la flamenca se deberían poder comer sólo mojando con pan. Esto no está escrito en ninguna parte pero al hacerlo convertimos esta receta en inolvidable.