Los Gulab jamun son dulces típicos de la India y Pakistán con una concepción muy diferentes a los dulces occidentales. Se realizan con queso o leche en polvo, yogur y harina y una vez fritos se deben dejar macerar en un almíbar aromatizado con azafrán.
Si habéis estado en la India seguro que los habéis comido o al menos visto porque son muy populares. Hay muchos puestos callejeros donde los vendedores fríen en ghee una bolas pequeñas y marronosas. Aquí os paso la receta con ingredientes fáciles de encontrar en Occidente.
INGREDIENTES :
2 vasos de queso blanco (mató, requesón, ricota, queso de Burgos...)
Medio vaso de harina blanca
Media cucharadita de bicarbonato sódico
2 cucharadas de yogur natural sin azúcar
Aceite de girasol, maíz o similar (en este caso no se emplea aceite de oliva)
Pistachos (para la decoración)
Para el almibar :
4 vasos de agua
3 vasos de azúcar (si, en efecto, azúcar a tope...)
Una pizca de azafrán
Unas gotas de zumo de limón
En primer lugar calentamos el agua en una cazuela con el azafrán y a continuación vamos añadiendo el azúcar poco a poco sin dejar de remover hasta conseguir una consistencia típica del almíbar. Es conveniente añadir unas gotas de zumo de limón para evitar que cristalice. Retiramos del fuego y dejamos reposar.
Ahora vamos a hacer las bolas de dulce.
En un bol grande mezclamos el queso blanco, la harina, el yogur y el bicarbonato. Hay que mezclar pero, MUY IMPORTANTE, no amasar. Si amasáis esta mezcla el gluten de la harina hará acto de presencia y eso impedirá que se empape bien del almíbar. Así que sólo mezclar. Si la masa queda demasiado líquida, añadid un poco más de harina. Y si queda demasiado seca, más yogur.
Haced bolas que quepan perfectamente en la palma de la mano. La medida ideal es una bola del tamaño de las pelotas de ping pong. Cuando las tengáis todas hechas, procederemos a freírlas. Para ello utilizad una sartén con mucho aceite de manera que las bolas si flotaran (ya lo harán cuando estén fritas) no tocarían la base. Es importante freír a baja temperatura. En primer lugar porque los aceite refinados no aceptan temperaturas tan altas como las que alcanzan los aceite de oliva. En segundo lugar porque si la temperatura es muy alta el dulce se ennegrece demasiado quedando un aspecto bastante feo.
Se tienen que freír las bolas bastante distanciadas entre sí y cuando alcancen el mismo color que en la fotografía de este artículo ya se consideran hechas.
Se dejan escurrir para quitar todo el aceite sobrante y a continuación se sumergen en el almíbar durante al menos dos horas. Luego se decoran con pistachos laminados y se pueden guardar en la nevera, comer del tiempo o incluso calentarlos ligeramente en el microondas.
Cuando los comáis os sentiréis igual que si os hubieran transportado a la India.