La llamada "crema italiana" en realidad no existe. Es un nombre elegido para la re-interpretación del clásico zabaglione o sabayón. El sabayón se realiza con huevos, azúcar y vino. Debido a la presencia del último ingrediente no se suele proporcionar a los niños pese a que el alcohol que contiene el vino se evapora en gran parte durante el proceso.
Esta "crema italiana" es apta para todos los públicos, además de ser un buen y sencillo postre más ligero que las natillas. Es decir, un sabayón sin vino.
INGREDIENTES (4 personas) :
1 litro de leche entera o semidesnatada
5 yemas de huevo (huevos grandes tipos L o mejor XL)
5 cucharadas rasas de azúcar
1 cucharadita de azúcar vainillado
4 cucharadas rasas de harina
En primer lugar mezclamos con las varillas las yemas con el azúcar hasta formar una crema suave. A continuación añadimos poco a poco la harina de trigo bien tamizada evitando que se formen grumos. Incorporamos la cucharadita de azúcar vainillado. Todo esto de momento en "frío".
Seguidamente incorporamos poco a poco la leche sin dejar de remover en la cazuela a fuego bajo - o mejor al baño maría - hasta que la crema adquiere la consistencia deseada. Tampoco os paséis, que el resultado es más líquido que las natillas y esperar mucho a que espese puede dar como resultado que el azúcar se queme por la base y la crema adquiera mal sabor.
Se distribuye en copas de helado, se deja enfriar a temperatura ambiente y finalmente se mete en la nevera para consumir la crema bien fría.
Os recomiendo este postre. Es fácil de hacer y de recordar, además de estar muy bueno. Es una crema de sabor muy delicado, así que no la mezcléis con nada, ni siquiera con frutas rojas de adorno.