Si no te gustan los garbanzos, legumbre fundamental para confeccionar el humus tradicional, o siemplemente deseas probar una receta alternativa del mismo, las lentejas son una buena opción sustitutiva. Incluso para algunos, el sabor obtenido es superior al de garbanzos.
INGREDIENTES (4 personas)
1 vaso de 200 ml (el típico de agua) lleno de lentejas naranjas/egipcias*
2 vasos de agua (400 ml)
1 diente de ajo (opcional)
Medio vaso de zumo de limón
3 cucharadas de salsa tahini *
5 cucharadas de aceite virgen extra de oliva
Media cucharadita de sal
Un pellizco de pimienta negra
* En Oriente Medio el tipo habitual de lenteja es una de fuerte coloración anaranjada y bastante más pequeña que las variedades españolas. Se venden secas pero no requieren ni lavado - tal vez uno "preventivo" - ni remojo previo ya que reblandecen rápidamente y carecen de piel. Se pueden utilizar en cocidos si bien suelen estar listas en diez minutos así que se han de añadir al final de la cocción. Debido a la ausencia de pellejo y a su suavidad se emplean en la confección de sopas y como no, de humus. Las lentejas naranjas las podemos encontrar en España en comercios que vendan productos magrebíes, a veces con la denominación inexacta de "lentejas egipcias".
Si no encontráis lentejas naranjas, entonces probad a localizar lentejas sin piel, que se venden en muchos establecimientos. Por ejemplo, el Mercadona cuenta con ellas.
Colocamos el agua a hervir y cuando lo hace añadimos las lentejas bajando el fuego a medio-bajo. Mientras hierven preparamos una pasta compuesta por tahini, aceite de oliva, sal, pimienta negra, el zumo de limón y el diente de ajo sin el germen verde. La pasta tahini se hace con sésamo (ajonjoli). Si no tenéis podéis prescindir de la misma o bien hacerla vosotros mismos con la ayuda de un puñado de semillas que pasaréis por el mortero. También podéis prescindir del ajo si queréis.
Cuando las lentejas han absorbido todo el agua de cocción retiramos y dejamos enfriar. Cuando está frías se pasan por la trituradora hasta que quede fina y homogénea. Se añade entonces la pasta que hemos realizado y mezclamos bien.
Se sirve vertiendo encima un chorro generoso de aceite de oliva o se espolvorea un poco de pimentón dulce, comiéndose con palitos de pan o pan plano árabe (tipo saaj, injera o similar). Está de vicio.