INGREDIENTES :
1 pechuga de pollo con piel
1 muslo con piel
1 ala
1 cebolla grande tipo "Figueres" (color violáceo)
2 tomates maduros
3 zanahorias medianas
aceite de oliva virgen
harina de galleta
sal
orégano (prescindible)
1 vaso de vino blanco
En una cazuela metálica grande echamos aceite y freimos la cebolla bien picada. Cuando empiece a dorarse incorporamos dos tomates maduros pelados y sin semillas para hacer un sofrito. Añadimos sal.
Cuando el sofrito adquiere textura propia agregamos el pollo para que tome un poco de color. Cuando el sofrito empieza a perder la práctica totalidad del agua echamos el vaso de vino blanco y agua hasta cubrir lo justo las piezas de ave. Tapamos la cazuela y dejamos hervir.
Cortamos en juliana (tiras) las zanahorias y las incorporamos a la cazuela. Coceremos hasta que el pollo se ponga tierno. Entonces retiraremos las piezas de carne mientras el líquido continua cocinándose. Deseamos que se espese y por tanto incorporaremos un poco de harina de galleta u otro espesante. Cuando ésto ocurra lo pasaremos todo por la batidora pero sin que quede hecho un puré (deben notarse al menos los trozos de zanahoria).
Mientras meteremos las piezas de pollo en una fuente al horno a 200 grados o al gratinador para que se dore la piel mojándolo un poco en aceite de oliva, sal y orégano (si se le quiere dar un poco de sabor a hierbas). Para servir echaremos la salsa sobre el pollo y acompañaremos con patatas, brócoli o incluso pasta.