Vale, no es Carnaval, pero en casa han sobrado algunos ingredientes de los fastos navideños y quiero sacármelos de encima. He intentado encajarlos en varias recetas y la única que me cuadraba era la de Orejas de Carnaval. Este dulce típico de León responde a la tradición de los dulces españoles fritos donde encontramos la leche frita, los pestiños, los churros, los xuxos y muchos otros. Me parece muy bien que se coman en Carnaval, pero por los ingredientes que emplea no hay razón estacional que impida comerlos a lo largo de todo el año. Os recomiendo hacerlos, están realmente muy buenos y disfrutaréis de ellos en cualquier momento.
INGREDIENTES :
Los ingrediente se cuentan por huevo empleado, haciendo una receta muy flexible en realidad. Si por ejemplo queremos hacer 2 huevos - que ya dan para muchas orejas - necesitaríamos :
2 huevos
2 cucharadas de manteca de cerdo
2 vasos (400 ml) de vino blanco no demasiado seco
1 vaso de anís
2 cucharadas de levadura química
Un pellizco de sal
Harina blanca de trigo según lo que pida la mezcla
Azúcar glass
Aceite virgen extra de oliva
Ponemos a punto pomada la manteca de cerdo en el microondas. La mezclamos en un bol con los huevos, la levadura y la pizca de sal. Batimos bien hasta que la manteca quede bien deshecha.
Seguidamente incorporamos el vino y el anís, batiendo de nuevo.
Ahora vamos a ir incorporando la harina poco a poco, batiendo cada cantidad que agreguemos para que no queden grumos. La cantidad de harina a agregar será tal que en un determinado momento la masa no se pegará a nuestros dedos. En ese momento se para inmediatamente de añadir más harina.
Se vuelca la masa sobre el mármol de la cocina y se trabaja con el rodillo de manera que quede bastante fina. No me complico la vida y la corto con ayuda de un cuchillo en rectángulos pequeños de unos pocos centímetros de longitud. No los hagáis muy grandes porque crecen al freírlos.
Llenáis una sartén con abundante aceite de oliva. Lo calentáis y cuando está a punto de humear echáis algunas orejas de manera que burbujeen rápidamente y de forma abundante. No echéis demasiadas de golpe ya que se unirían y quedarían más. Observaréis como se inflan y se ponen de un bonito color dorado en poco tiempo. No las dejéis demasiado (uno o dos minutos a lo sumo) o se quemarán.
Se sacan de la sartén, se llevan a un papel absorbente y se espolvorean con azúcar glass.