Estas patatas, que sirven tanto como acompañamiento o como entrante, fueron creadas en el Hotel Hasselback de Estocolmo. De ahí que a veces se denominen patatas hasselback en lugar de patatas suecas. El modo de preparación es curioso como veréis a continuación.
INGREDIENTES (4 personas) :
4 patatas alargadas grandes con la piel limpia y fina
4 dientes de ajo
2 ramas de perejil
Mantequilla
Sal
Pimienta
Aceite virgen extra de oliva
Si habéis observado la foto parece que la patata ha sufrido algún tipo de corte especial, como si tuviera la superficie rallada. Es un efecto que se consigue de una manera muy simple.
En primer lugar debemos hacer un corte en la base de la patata para que no ruede. LAS PATATAS HASELBACK NO SE PELAN.
En segundo lugar con un palillo largo de madera, como los empleados para hacer pinchos morunos, debemos atravesar la patata por el centro a todo lo largo. Esto no tiene otro propósito que impedir que el cuchillo, al hacer los cortes, atraviese toda la patata.
Ahora vamos haciendo cortes en la patata como si fuéramos a hacer medallones finos con la misma. Pero como el cuchillo topa con el palillo las rodajas quedarán unidas a la patata por un extremo.
Una vez hemos hecho las rodajas podemos retirar el palillo.
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| Detalle del corte antes de la cocción |
A continuación hacemos una mezcla con los dientes de ajo bien picados, el perejil también bien picado, 5 cucharadas de mantequilla al punto de pomada y un chorro generoso de aceite de oliva. Con esta mezcla untamos las patatas, haciendo que se deslice por el interior entre las rodajas y quede bien impregnada por el exterior.
Llevamos las patatas a una bandeja engrasada con mantequilla que pueda ir al horno (o con un papel de hornear). Antes de meterlas en el horno las volvemos a espolvorear con sal y pimienta.
Precalentamos el horno a 190 grados y metemos las patatas durante una hora al menos. A media cocción las sacamos y volvemos a untar con la misma mezcla vista anteriormente.
Seguro que os encantarán.