Bizcocho mármol

Supongo que alguna vez habéis comido un bizcocho con vetas de chocolate. La forma de hacerlo es muy sencilla y se trata de hacer dos masas, una blanca y otra de chocolate y luego unirlas pero sin mezclar. 

Las vetas en que parte del chocolate entra en la masa de bizcocho blanco se consiguen haciendo incisiones con una espátula o un pequeño cuchillo. Como ambas masas tienen diferente densidad, al hornearse seguirán separadas pero haciendo un bonito dibujo.

Parece difícil pero en realidad es bastante sencillo. 

Este tipo de bizcochos o pasteles empezaron a aparecer en Alemania a finales del siglo XVII. En aquellos tiempos el uso de chocolate no estaba extendido así que el efecto del veteado oscuro se conseguía principalmente con jarabes obtenidos de las frutas. 

INGREDIENTES :

  •  270 gramos de harina blanca para repostería
  •  Medio vaso de leche (100 ml)
  •  150 gramos de azúcar
  •  100 gramos de mantequilla sin sal
  •  50 gramos de cacao en polvo
  •  Levadura química (un sobrecito de algo menos de 20 gramos)
  •  3 huevos tamaño XL

En un bol grande mezclamos la mantequilla a punto pomada con el azúcar, la leche y los huevos. 

Cuando la mezcla es homogénea añadimos la harina tamizada poco a poco y la levadura. 

En un molde de silicona o de aluminio bien engrasado con mantequilla vertemos la mitad de la masa que hemos preparado. En el resto de la masa incorporamos el cacao en polvo. Mezclamos bien y lo incorporamos, sin mezclar, sobre la masa anterior. Ahora viene lo "mágico". 

Con una espátula o un cuchillo hacemos marcas profundas hasta el fondo del molde. 

Por ejemplo, dos cruces. Esto hará que parte de la masa con chocolate penetre en la masa que no lo tiene consiguiendo una veta como ocurre con el mármol. 

Horneamos a 180 grados durante 40    minutos o hasta que al clavar un palillo éste salga completamente seco. Cuando cortéis el pastel veréis el efecto del marmoleado.

Seguro que los comensales os preguntan cómo habéis conseguido un resultado tan espectacular.