Nada más fácil que hacer gofres. La masa se hace en pocos minutos y se hornea en casi menos. Son 25 minutos cronometrados, así que no hay excusa para no hacerlos. Luego se pueden decorar con nata, o mermelada o frutos del bosque o fruta....
Los gofres son de origen belga. Para realizarlos es preciso disponer de unos moldes especiales de silicona o aluminio (tengo de los primeros y van perfectos) o bien de una gofrera, una máquina que a modo de sandwichera da a la masa la forma requerida y el punto de cocción necesario. Aunque soy adicto a los gofres en mi cocina no cabe ni una máquina más, así que utilizo el horno aprovechando que antes he horneado alguna otra receta y así ahorro mucho dinero en electricidad.
INGREDIENTES (me da para 8 gofres en bases de silicona de la marca Lekue)
- 700 gramos de harina de fuerza
- 2 vasos (400 ml) de leche entera
- 200 gramos de mantequilla sin sal
- 3 huevos grandes
- 1 cucharadita de azúcar vainillado o esencia de vainilla (opcional si vais a usarlos con crema, chocolate, nata, mermelada, miel etc que ya incorporan su propio sabor)
- 1 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
- Un pellizco de sal
En un bol se mezclan todos los ingedientes EXCEPTO la mantequilla. Se bate bien para que no queden grumos.
Una vez tenemos una masa homogénea y libre de grumos, añadimos la mantequilla fundida y batimos de nuevo para que mezcle bien.
Precalentamos el horno a 220 grados. Vertemos la masa, que será evidentemente líquida, en los moldes de gofres. Introducimos en el horno exactamente 8 minutos, calor arriba y bajo, posición media.
Sacamos del horno, desmoldamos (la masa ya será firme) y ahora horneamos 5 minutos con la rejilla hacia arriba para que coja color.
Ya tenemos los gofres listos para decorarlos como queramos y devorarlos en segundos.