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Corvina por Navidad


Es el pescado de moda en muchos restaurantes donde ha desplazado o al menos se ha hecho un hueco junto a las doradas y las lubinas. 

La corvina es un pescado blanco muy apreciado por su sabor delicado. La hay salvaje, pescada en el Atlántico y el Mediterráneo pero también de piscifactoria, lo que ha abaratado el precio considerablemente. Admite cualquier preparación habitual como el frito, el horneado, a la sal etc. En esta ocasión vamos a prepararla al papillote.

La técnica de papillo consiste en encerrar el pescado en un envoltorio y hornearlo para que se cueza en su propio jugo, añadiendo verduras y aromatizantes si así se desea. Algunos sirven el envoltorio que contiene el pescado horneado, directamente en el plato del comensal, aunque no es imprescindible. Si se hace de esta manera se suele emplear un papel para hornear que queda más elegante que un papel de aluminio.

Es importante indicar que el papillote hace que el pescado sepa aún más a pescado. Así que si no sois muy aficionado al mismo no es un método de horneado demasiado recomendable. Eso sí, si te gusta el pescado debes probar a hacer un papillote.


INGREDIENTES (4/6 personas) :


  • 1 corvina de 2 Kg como mínimo (o dos, si son pequeñas)
  • Varias ramitas de romero
  • El zumo de una lima
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • Sal
  • Pimienta
  • Salsa tártara
  • Aceite virgen extra de oliva

Limpiamos y evisceramos el pescado, retirando la cabeza y la cola.

Se coloca el pescado sobre un papel de hornear o de aluminio, lo que más fácil consigáis. Metemos la mantequilla en el microondas unos segundos para dejarla a punto pomada. Con ella y la ayuda de una brocha pintamos el pescado.

Se salpimenta por dentro y por fuera y se le rocía con zumo de la lima y el aceite de oliva. Embutimos en la parte central del pez las ramitas de romero.

Cerramos el envoltorio y precalentamos el horno a 200 grados. Se hornea durante diez minutos.

Transcurrido el tiempo se saca la corvina del horno y con cuidado - puede estar muy caliente - se abre el envoltorio. Se tira con cuidado de la piel para desprenderla.

Se coloca el pescado en una fuente y se unta por fuera con la salsa tártara. Si no tenéis salsa tártara simplemente trituráis a la vez una docena de alcaparras, dos pepinillos en vinagre grandes y un pote pequeño de mahonesa.

Una receta elegante, fácil de hacer y económica siempre y cuando compréis corvinas de piscifactoria.