El Bundt puede ser cualquier tipo de bizcocho que se hornee en un molde característico con forma de turbante y chimenea central. No existe por tanto receta alguna que sea privativa de este tipo de molde aunque la existencia del orificio central tiene una razón de ser.
Cuando se hornean bizcochos densos, ya sea por el tipo de harina que usen o por la mezcla con frutas, por ejemplo, es conveniente que para lograr una buena distribución del calor éste alcance la parte central del mismo. De otro modo se corre el riego de que quede mal horneado (semi crudo en el centro y quemado en los extremos). Por tanto si horneamos harinas con poco gluten o directamente sin él, o bien mezclamos con la harina frutos secos, fruta escarchada o similares, también es conveniente emplear este tipo de moldes con una chimenea central.
En Europa hay diversos bizcochos que emplean los mismos moldes, como el Babka o el Gugelhupf. En realidad el Bundt es una marca comercial norteamericana que se basa directamente en el Gugelhupf. La intención de la empresa que empezó a comercializar el molde en los Estados Unidos era imitar la forma de este último aunque más por motivos estéticos que prácticos, sin limitar el tipo de bizcocho que pudiera realizarse, ya que su negocio era crear menaje del hogar, no recetas. De hecho si la harina es rica en gluten y por tanto esponja bien la masa y no hay mezcla con frutos secos o de otro tipo, el cambio de hornear en molde con o sin agujero es mínimo.
Este pastel es fácil de realizar, de esas recetas que podéis repetir a menudo porque no son caras y casi no montas lío en la cocina. Además es sano, ya que emplea poco azúcar - la zanahoria es un buen endulzante - y al realizarse con harina integral consigue que recibamos una buena dosis de fibra.
Vamos a realizar un bundt con harina integral, zanahoria rallada y coco, el cual justificaría con tales ingredientes el uso del molde con agujero central. Luego lo coronaremos con una glasa de queso que lo va a volver aún más atractivo visualmente hablando.
INGREDIENTES :
- 300 gramos de zanahoria rallada
- 300 gramos de coco rallado
- 2 huevos
- 100 gramos de azúcar de caña
- 100 gramos de harina integral
- Una cucharada de bicarbonato sódico
- 100 gramos de queso crema (tipo Filadelfia)
- 2 cucharadas de mantequilla fundida
- 2 cucharadas de leche
- 1 vaso de azúcar glass (impalpable)
Batimos los dos huevos en un bol y añadimos todos los ingredientes. La mezcla, bien homogénea, la vertemos en un molde tipo bundt de silicona o aluminio - este último bien engrasado con mantequilla y harina - que pueda ir al horno.
Precalentamos el horno a 190 grados e introducimos el molde durante media hora. El pastel estará hecho cuando esté visiblemente dorado y al introducir un palillo salga completamente seco.
Mientras se hacía el bizcocho hemos hecho el glaseado simplemente mezclando con las varillas el queso crema, la mantequilla líquida, la leche y el azúcar glass.
En el momento en que sale del horno lo pintamos con el glaseado usando una espátula de silicona o un pincel de idem, dejamos enfriar a temperatura ambiente y listo para comer.
Más fácil no podía ser.