Flor de calabacín rellena

Las flores ya rellenas y fritas

La flor del calabacín es una de las pocas flores que se pueden comer ya que la mayoría de las existentes son incomestibles o directamente venenosas. En Italia son extremadamente populares (fiori di zucca ripieni) hasta el extremo que se pueden comprar en puestos callejeros como si fueran pizza al taglio, sirviéndote unas cuantas unidades en un cucurucho de papel. También se pueden comprar en los supermercados, ya rellenas y congeladas, para freírlas en casa como en España hacemos con las croquetas o empanadillas. Vamos, que no se trata de una excentricidad o una rareza, si no algo bastante común. ¿A qué saben? Pues a calabacín, ni más ni menos.

Por si no os podéis imaginar por dónde salen las flores

En la mayoría de casos se suele hacer fritas pero la receta se puede hacer también usando el horno.

INGREDIENTES :

12 flores de calabacín
250 gramos de ricotta o queso blanco
100 gramos de jamón cocido en taquitos
50 gramos de queso parmesano o grana padano
1 huevo
Harina de trigo
Aceite de girasol o maíz

En primer lugar lavamos las flores bajo el grifo y secamos bien. Esta parte es importante.

Otro paso importante es retirar el pistilo central. Es muy amargo, así que es imprescindible retirarlo. La mejor forma de hacerlo es retirar el tallo y arrastrar con el mismo el pistilo hacia fuera.

En un bol mezclamos el queso blanco, el jamón cocido en taquitos y el queso parmesano o grana. Hacemos doce porciones y rellenamos las flores.

En otro bol batimos el huevo con media cucharadita de sal y añadimos harina poco a poco hasta conseguir una papilla bastante líquida. Bañamos las flores rellenas en esta masa y las escurrimos bien.

Mientras calentamos aceite en abundancia en una sartén honda y cuando está bien caliente freímos las flores hasta que quedan doradas. Extraemos, retirando el aceite sobrante en un papel de cocina o sobre una rejilla. 

Se comen calientes pero tampoco es extraño comerlas frías. Están realmente buenas.