INGREDIENTES
400 gramos de garbanzos secos (no utilicéis garbanzos cocidos !!!)
1 cebolla grande morada (dulce) o fresca
Medio vaso de aceite de oliva virgen extra
Un vaso con perejil fresco picado
Dos limones
Media docena de granos de pimienta negra enteros
Agua embotellada o bien del grifo filtrada (libre al máximo de cal)
En primer lugar vamos a poner los garbanzos en remojo durante toda la noche. Al día siguiente los sacáis del agua e introducís en una cazuela - a ser posible de barro - cubriéndolos totalmente con agua con cierta holgura (dejando un par de dedos entre las legumbres y la superficie del agua).
Llevad a ebullición limpiando la superficie de espuma (si la hubiera) y entonces añadid el aceite de oliva, la mitad del perejil, los granos de pimienta negra y la cebolla picada bien fina. Dejad a fuego medio durante una hora y media o bien hasta que los garbanzos estén blandos.
En ese momento incorporad el resto del perejil, el zumo de los dos limones y sal (media cucharadita debería ser suficiente). Removéis bien, rectificáis de sal y ya está listo para servir.
Llevad a ebullición limpiando la superficie de espuma (si la hubiera) y entonces añadid el aceite de oliva, la mitad del perejil, los granos de pimienta negra y la cebolla picada bien fina. Dejad a fuego medio durante una hora y media o bien hasta que los garbanzos estén blandos.
En ese momento incorporad el resto del perejil, el zumo de los dos limones y sal (media cucharadita debería ser suficiente). Removéis bien, rectificáis de sal y ya está listo para servir.