El uso de las semillas de amapola está muy extendido en centroeuropa como ingrediente, a menudo principal, de infinitos tipos de pasteles, panes y productos de bollería. Son casi ubicuos.
La semilla de la amapola tiene un sabor dulzón parecido al de los frutos secos y puede emplear decorando la superficie de los panes o pasteles o bien en formato harina, integrada en la masa. La harina de amapolas es habitual en todos los supermercados alemanes. Se suele vender en sobres al vacío ya que se estropea con suma facilidad volviéndose de un gusto rancio cuando esto ocurre.
No es fácil establecer una comparación con un producto similar disponible en España, pero si acaso podríamos hablar del ajonjoli o sésamo que se puede consumir como semilla o bien triturado, aunque esto último no es tan habitual.
Pero hay una diferencia fundamental entre el sésamo y la semilla de amapola : la semilla de amapola puede provocar que des positivo en un control de drogas.
El opio se extrae de la amapola común. Y el opio se considera un narcótico que puede provocar dependencia. No en vano del mismo se extraen sustancias tan peligrosas como la heroína y la morfina.
Es cierto que las pruebas realizadas por laboratorios alemanes suelen dar valores mínimos de estas substancias en las harinas y semillas que se comercializan, pero en algunos casos pueden tener un valor algo superior y ser detectadas por controles antidrogas. Otra cosa es la cantidad que necesitas consumir para tener un efecto narcotizante, mucho mayor de lo que en situación normal pudiera darse. Esto hay que tenerlo en cuenta en diversas situaciones. Si en el trabajo o por ser deportista de élite te ves sometido a controles anti droga a través de análisis de orina, es mejor abstenerse de consumir ningún producto que contenga semillas de amapola porque darás positivo y te pueden echar del trabajo y de la competición. Si viajas a un país del Golfo Pérsico y detectan siquiera que llevas un pan con semillas de amapola, acabarás en la cárcel y las de la zona no son muy agradables. Si conduces y te ves involucrado en un accidente, pasando a continuación por un test de alcoholemia y otro de drogas, el primero puede que lo pases, pero el segundo será más complicado.
Repito, esto no significa que te drogues cada vez que comes un pastel hecho con harina de amapola, ni tampoco te creará adicción, pero la substancia que preocupa a las autoridades la llevarás encima y no se eliminará del todo hasta pasadas 72 horas.
Dicho esto, el pastel de semillas de amapola tiene un sabor increíble y por eso en Alemania está por todas partes. Y allí, que miran con lupa todo lo relacionado con la alimentación, lo pueden comprar y comer hasta los niños sin ninguna restricción.
Esta receta es una de las más simples que se pueden hacer.
- 200 gramos de semillas de amapola molidas (harina)
- 200 gramos de harina de trigo blanca
- 200 gramos de azúcar
- 200 gramos de yogur natural sin azúcar
- 100 ml (medio vaso) de aceite de girasol
- 3 huevos tamaño XL
- 1 sobre (alrededor de 20 gramos ) de levadura química
- 20 gramos de azúcar vainillada
En un bol mezclamos los ingredientes secos previamente tamizados (harina, amapolas molidas, la levadura química, el azúcar normal y el vainillado).
A continuación añadimos los tres huevos, el aceite y el yogur, mezclando bien.
Vertemos la mezcla - que será bastante líquida - en un molde de silicona o bien metálico bien engrasado.
Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante 40 minutos o hasta que al clavar un palillo en el centro, al retirarlo se muestre completamente seco.
Se deja enfriar y listo para comer con un poco de helado de vainilla o nata montada si así se desea.
En España las semillas de amapola para uso alimentario se pueden encontrar en tiendas de dietética y herbolarios.