Wiener Schnitzel




















Sobre el Wiener Schnitzel existe también una leyenda que situa su origen en Constantinopla, que luego fue interpretado por los venecianos - en fuerte relación con el Imperio Bizantino durante más de 700 años - y finalmente adquirido por conquista por los austriacos. Creo que se trata de una leyenda injustificada porque el Schnitzel no es una receta excesivamente particular sino que se puede haber dado en muchos lugares y de forma múltiple. Así los milaneses se atribuyen la paternidad - el término "escalopa a la milanesa" sigue siendo de amplio uso - y variantes de la receta se pueden encontrar en los antiguos paises que componían el Imperio así como en Alemania e incluso en Israel.

INGREDIENTES :

Filete de ternera (uno por comensal)
Harina de trigo
Huevo
Pan rallado
Sal
Manteca de cerdo
Aceite virgen de oliva

Deberemos pedir al carnicero que nos corte un filete grande de ternera bastante fino. No que sea transparente pero al límite del rompimiento. Si no es posible porque compráis la carne envasada o por cualquier otra razón simplemente colocais el filete sobre el mármol de la cocina y lo golpeáis con fuerza para romper la fibra y que se ablande y además aumente de tamaño. Cubrimos el filete resultante de harina de trigo, luego mojamos en huevo batido y finalmente rebozamos en harina de galleta para que quede bien cubierto. Los filetes se fríen uno a uno con un poco de manteca y aceite virgen de oliva hasta que quede dorado y crujiente. Se sirve acompañado de rodajas de limón y un poco de ensalada de patatas o verde.

Es posible que penséis que se trata de un simple filete empanado y tal vez estéis en lo cierto, pero por alguna razón el Schnizel se hace mucho más apetecible y si tenéis la suerte de encontrar una buena carne con poca grasa y tierna la forma descrita de prepararlo la realza considerablemente.

Si no disponéis de manteca de cerdo, se puede utilizar mantequilla pero el sabor no será el habitual del Wiener Schnitzel.