¿Qué sería una Navidad sin mantecados? Pues una Navidad muy triste. De hecho es uno de esos dulces que se agradece comerlos en cualquier época del año y que nunca parecen a destiempo.
La creación de los mantecados se la disputan las localidades de Antequera y Estepa. Parece ser que apareció en la primera pero fue la segunda, a finales del siglo XIX, la que tuvo éxito en su comercialización al secar un producto que hasta la fecha era fresco y por tanto tenía una fecha de caducidad muy definida.
Como sabéis los productos que contienen grasa se ponen rancios con cierta facilidad, de ahí la novedad que supuso secarlos.
INGREDIENTES:
- 400 gramos de harina*
- 200 gramos de manteca de cerdo
- 150 gramos de azúcar
- 2 yemas de huevo (tamaño grande, XL)
- Opcional : una cucharadita de canela, una almendra para decorar, azúcar glass (impalpable)
* hay que prever cierta cantidad adicional porque es posible que la masa admita mayor cantidad de harina (y también menos, todo puede ser).
Ponemos tibia la manteca en el microondas para que sea más fácil de trabajar. Batimos el huevo, le añadimos el azúcar y lo incorporamos a la manteca. Batimos de nuevo para que quede homogénea.
A continuación vamos incorporando la harina bien tamizada y poco a poco, amasando para que se integre bien (si es necesario con las manos). Es posible que necesitemos más de los 400 gramos indicados, o que la masa no admita más harina sin haber llegado a la cantidad. Prever unos 100/200 gramos de más por si acaso.
Si queremos darle sabor a canela se añade la cucharadita en polvo, pero también admite otros sabores como el limón que se consigue incorporando la ralladura de la piel.
La bola de masa que obtenemos se debe dejar al menos 1 hora en el frigorífico cubierta con papel film para que se consolide.
Pasado el tiempo extraemos del frigorífico y extendemos con un rodillo sobre una superficie lisa y enharinada hasta que alcance medio centímetro de grosor, aproximadamente.
Cortamos con un vaso vuelto del revés o si tenemos un molde ovalado no muy grande lo utilizamos (esa es la forma tradicional de este mantecado). Los recortes que queden de la masa los volvemos a juntar, aplanamos y cortamos de nuevo para no desaprovechar nada.
La bola de masa que obtenemos se debe dejar al menos 1 hora en el frigorífico cubierta con papel film para que se consolide.
Pasado el tiempo extraemos del frigorífico y extendemos con un rodillo sobre una superficie lisa y enharinada hasta que alcance medio centímetro de grosor, aproximadamente.
Cortamos con un vaso vuelto del revés o si tenemos un molde ovalado no muy grande lo utilizamos (esa es la forma tradicional de este mantecado). Los recortes que queden de la masa los volvemos a juntar, aplanamos y cortamos de nuevo para no desaprovechar nada.
A veces se les coloca arriba una almendra, más como decoración que para añadir algo al sabor. También es habitual rebozar la capa superior con ajonjolí.
Precalentamos el horno a 190 grados. Depositamos los mantecados en un papel de hornear y llevamos al calor durante unos 20-25 minutos o hasta que se empiezan a dorar.
Precalentamos el horno a 190 grados. Depositamos los mantecados en un papel de hornear y llevamos al calor durante unos 20-25 minutos o hasta que se empiezan a dorar.
Dejamos enfriar y a disfrutar. Si se quiere se espolvorean con azúcar glass cuando ya han enfriado.