INGREDIENTES
Para las magdalenas :
125 gramos de harina
150 gramos de azúcar
125 gramos de mantequilla
3 huevos
La piel rallada de un limón
Levadura química (tipo Royal)
Bases de magdalenas
Para el glaseado :
125 gramos de azúcar glass (impalpable)
1 cucharada de zumo de limón
1 cucharada de leche
En primer lugar ponemos la mantequilla a punto de pomada fundiéndola ligeramente en el microondas o un cazo a fuego lento. La vertemos en una fuente honda añadiendo 125 gramos de azúcar. Lo removemos bien para que el azúcar se disuelva bien en la grasa.
Ahora añadimos los tres huevos, la harina de repostería y dos cucharaditas de levadura química. Es recomendable pasar la harina y la levadura a través de un cedazo para evitar la formación de grumos. Finalmente mezclamos bien la piel rallada de un limón, teniendo cuidado de no rallar la parte blanca de la misma ya que amargaría. Amasamos bien con la ayuda de una espátula. No tendremos una masa como para hacer un pan, si no una masa semilíquida.
Ahora vamos a disponer sobre la bandeja del horno los papeles que nos van a servir de base para las magdalenas. Son generalmente rizados, gruesos y los hay de varios tamaños. Se encuentran fácilmente en cualquier supermercado o tienda de alimentación. Con la ayuda de una manga pastelera o de una cuchara los llenamos hasta la mitad ya que con la levadura subirán hasta rebosar ligeramente el borde del papel. Con los 25 gramos restantes de azúcar espolvoreamos sobre las magdalenas para que se forme la típica costra superior de las mismas (de todas maneras esto no es obligatorio). Las magdalenas estarán listas cuando al introducir un palillo éste surja seco que viene a ser aproximadamente a los veinte minutos. Recomiendo no abrir la puerta del horno a media cocción para evitar que las magdalenas se "desinflen", por eso haced la comprobación del palillo cuando a la vista ya se ven de un atractivo color marrón dorado.
Cuando las magdalenas están bien horneadas las retiramos y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Mientras esto ocurre vamos a preparar el glaseado.
Para ello en un bol vamos a mezclar el azúcar glass, el zumo de limón y la leche. Batimos bien con las varillas hasta obtener una pasta que pueda verterse sobre las magdalenas como un líquido pero más denso (lo ideal sería la consistencia del ketchup, por ejemplo). Si es necesario añadimos algo más de zumo de limón o bien un poco más de leche (¡incrementar a cucharadas, no a chorros !)
Vertemos el glaseado y dejamos que fragüe durante unos 20 minutos. Y ya tenemos listas las magdalenas con sabor a limón. No sólo estarán buenas, sino que tendrán una presencia impactante.