Esta salsa está a medio camino entre el alioli y la mayonesa. Es típica de la Provenza y se emplea sobretodo para acompañar a los platos de pescado - con la Bullabesa es casi imprescindible- y de marisco. Hay muchas recetas de rouille - el nombre significa literalmente 'óxido' o 'herrumbre'-, desde las suaves hasta las que emplean guindilla. De hecho hay tantas que es difícil aclararse acerca de cuál de ellas es la auténtica y tradicional. Esta que reproduzco tiene el beneplacito de la mayoría de gourmets franceses, que como sabéis, es la totalidad de la población de Francia.
INGREDIENTES :
- 4 dientes de ajo
- 2 rebanas de pan rústico
- 1 vaso (200 ml) de caldo de pescado
- 1 yema de huevo
- Medio vaso de aceite virgen extra de oliva (tened preparado más por si acaso)
- Un pellizco de azafrán en polvo
- Media cucharadita de pimentón picante
- Media cucharadita de pimienta negra molida
- Media cucharadita de sal
En un bol incorpora los ajos pelados y aplástalos con la ayuda de la mano del mortero o similar. Si queréis que no repita se debe quitar el germen verde del interior, pero hay gente que dice que así la rouille no sabe igual. En fin, al gusto.
Mojamos el pan en el caldo de pescado, lo escurrimos e incorporamos al bol que contiene los ajos mezclando bien. Llevamos esta mezcla al vaso de la batidora de brazo.
Batimos para pulverizar la mezcla y entonces añadimos la yema de huevo. Sin levantar las cuchillas del fondo del vaso batimos para incorporar el huevo y entonces, sin dejar de batir, vamos vertiendo poco a poco el aceite hasta que emulsiona con el huevo. Si vuestra batidora tiene esa opción, hacedlo a velocidad baja.
Cuando la salsa ha emulsionado - es consistente - es el momento de añadir la sal, el azafrán, el pimentón picante y la pimienta. Mezclad bien con la batidora o si tenéis miedo de que se corte, mezclad con la ayuda de un tenedor.
Se lleva al frigorífico durante una hora y lista para servir con vuestros platos de pescado.