Ximos


No, no es una receta del Lejano Oriente si no mucho más próxima. De Castellón, de hecho. Es una cosa rara, un híbrido entre torrija y panecillo de atún, que no se a quién se le ocurrió pero en la zona ha triunfado para llevárselo a la playa o hacer una cena rápida o simplemente como tapa potente.

La confección tiene miga, nunca mejor dicho. Se emplea un tipo de panecillo largo de corteza fina que en la zona se venden directamente como ximos (no tiene fallo, hasta en los supermercados están así referidos). Al panecillo le cortas una punta - que reservas - y el interior lo rellenas de un pisto mezclado con atún en lata - del natural a ser posible - y piñones. El resultado, lo menos aceitoso posible, lo metes en el panecillo - al que hemos vaciado de miga, recordad - y la punta que habíamos reservado la volvemos a meter pero del revés, es decir, como si fuera un tapón.

Para que la puntica decapitada y luego reinsertada no se escape, la amarramos con un palillo al resto del pan y procedemos a freirlo. Para ello los pasamos por leche y huevo batido y directos a la sartén hasta que se doran.

Explico todo esto para haceros comprender lo que es un Ximo, porque la "abstracción" no es fácil. Ahora va la receta "formal" :

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 8 panecillos tipo "ximo", esto es, alargados y con corteza fina
  • 2 latas pequeñas de atún al natural (o en aceite, escurriéndolo previamente)
  • 1 pimiento verde para freír
  • 1 lata de tomate triturado (alrededor de 400-500 gramos)
  • Media cebolla
  • 2 huevos
  • Dos docenas de piñones
  • Sal
  • Aceite virgen extra de oliva
Para la fritura :
  • Leche (la justa para mojar los panecillos)
  • Huevos (entre 1 y 2)
  • Aceite de girasol (el suficiente para que los panecillos floten en la sartén)


Cortamos la punta de los panecillos.

Vaciamos el interior de la miga evitando hacer un agujero en la corteza. No apuréis el vaciado.

En una sartén vertemos una cucharada de aceite de oliva y en el mismo freímos el pimiento troceado, el tomate triturado y la media cebolla, con un pellizco de sal.

Si el atún tiene aceite o caldo, lo escurrimos bien. Se añade a la sartén.

Dejamos hacer hasta que el pisto resultante se ha secado bastante. Se añaden entonces los piñones, se revuelven bien y se aparta del fuego. Se incorporan los huevos cocidos duros que hemos cortado en cubos o gajos, al gusto.

El pisto se vierte sobre un colador para que eche el agua y el aceite sobrante. Cuando más extraiga mejor, así el panecillo no quedará ni blando ni aceitoso.

Rellenamos los panecillos con el pisto. Si sobra no pasa nada, es un relleno buenísimo para hacer otros bocadillos o para comer directamente a tenedor.

Cerramos la abertura con el trozo de pan cortado pero invertido, esto es, con la punta hacia dentro. Para que no se mueva lo cerramos con un palillo.

Mojamos el panecillo por todos lados con leche y luego lo pasamos por el huevo batido. Llevamos a la sartén - mejor de uno en uno, que no se toquen - y se fríen por todos lados hasta que quedan dorados.

Llevamos a un papel absorbente y listos para comer, ya sea calientes, del tiempo o fríos, van bien de cualquier manera.