El pisto está presente en innumerables gastronomías del mundo, si bien es en las mediterráneas, con su abundancia de hortalizas, donde alcanza su mejor expresión. Llámesele ratatouille, pisto, samfaina, caponata etc, con sus diferencias locales obvias, todas se basan en productos de la huerta fácilmente localizables en proximidad. Se puede comer tal cual como primer plato o como guarnición que se adapta bien a preparaciones de pescado o carne.
INGREDIENTES :
8 tomates maduros (se pueden sustituir por una lata de medio kilo de tomate triturado)
1 berenjena
1 pimiento verde grande
Pimiento rojo escalivado o pimiento morrón (una lata pequeña)
1 calabacín
1 cebolla
sal
aceite virgen extra de oliva
8 tomates maduros (se pueden sustituir por una lata de medio kilo de tomate triturado)
1 berenjena
1 pimiento verde grande
Pimiento rojo escalivado o pimiento morrón (una lata pequeña)
1 calabacín
1 cebolla
sal
aceite virgen extra de oliva
Antes de iniciar el proceso es aconsejable trocear la berenjena en rodajas y sumergirla en agua con una cucharada de sal. Con esto conseguiremos que no absorba demasiado aceite - la pulpa de la berenjera es una esponja que nos dejaría sin aceite - y eliminar el tóxico que lleva y que la hace amarga. Con que permanezca 2 ó 3 horas en agua será más que suficiente.
En una sartén honda o una cazuela, ambas que podamos tapar, vertemos un chorro generoso de aceite de oliva.
Troceamos la cebolla y añadimos a continuación y en orden, troceados pero no en exceso, el pimiento rojo, la berenjena y finalmente el calabacín. Se deben quitar las semillas del pimiento pero no es necesario quitar la piel ni de la berenjena ni del calabacín.
Removeremos los ingredientes para que se frían un poco y suelten el agua (ayudará añadir una cucharadita de sal). Finalmente añadiremos los tomates muy troceados, sin piel, sin semillas y sin el corazón central. Taparemos la cazuela y dejaremos cocer hasta que el tomate haya fundido y las hortalizas están blandas. En ese momento añadimos los pimientos morrones o escalivados y comprobamos de sal, añadiendo si fuera preciso.
Se sirve caliente, como acompañante, aunque frío tampoco desmerece.