El
strudel (literalmente "remolino" en alemán) es una especialidad de
Europa Central muy popular en Alemania, Austria y Chequia. Antiguamente
se preparaba con pasta filo debido a que originalmente era una variante
de los baklava orientales aunque en la actualidad se prefiere, por
facilidad de uso, la pasta de hojaldre. Existen diversos tipos de
rellenos : manzana, queso e incluso creo que hay uno con relleno de
carne que se realiza en Argentina. Es muy fácil de hacer y el resultado
es espectacular.
INGREDIENTES :
1 masa de hojaldre
400 g de requesón
200 g de fresas, frescas o congeladas
2 huevos enteros +1 yema de huevo
2 cucharadas de harina blanca
50 g de azúcar
1 cucharada de azúcar vainillado
Azúcar glass
Para
esta receta necesitamos un requesón bastante seco, que no contenga casi
agua, por lo cual es necesario conseguir uno de ese tipo o bien
envolver el que encontréis en una gasa y dejar que drene durante al
menos 3 horas (envolvedlo en la gasa, apretad y dejar apoyado en un
colador que descanse sobre una cazuela, bol o similar).
Una vez el requesón ha drenado, lo mezclamos con el azúcar, el azúcar vainillado, los huevos y la harina. Mezclamos bien.
Extendemos
la pasta de hojaldre y colocamos el relleno en el centro. También
colocamos encima del relleno las fresas cortadas en láminas o bien por
la mitad.
En
principio lo tradicional es hacer un enrejado sobre el relleno pero
aquí vamos a lo práctico, así que cerramos el hojaldre y hacemos unos
cortes paralelos encima de manera que se vea algo de las fresas. Dejad
una cierta distancia o el hojaldre se abrirá en toda su longitud.
Para que quede dorado pintamos con la yema de huevo.
Precalentamos el horno a 200 grados y cuando ha alcanzando la temperatura horneamos el strudel durante 20 minutos.
Extraemos del horno y dejamos enfríar, espolvoreando por encima el azúcar glass y si se quiere adornando con algunas fresas.
Se sirve tal cual o bien acompañado con un poco de nata montada. Está de vicio.