INGREDIENTES :
- 500 gramos de galletas (he empleado galletas campurrianas, pero igual sirven las españoletas, marías u otras simples, sin chocolate ni nada que no sea harina y azúcar)
- 1 lata de leche condensada (la de Nestlé tiene unos 370-400 gramos)
- 200 gramos de mantequilla sin sal
- 5 cucharadas de cacao en polvo
En primer lugar desmenuzamos las galletas con las manos dentro de un bol. No hace falta, y no es deseable convertirlas en harina, lo mejor es dejarlas en trozos pequeños de tamaños irregulares.
En una cazuela al fuego, a media potencia, fundimos la mantequilla y la mezclamos con la leche condensada. Una vez esta mezcla está homogénea añadimos el cacao en polvo, batiendo bien para que se integre y a continuación, mientras todavía está caliente, vertemos el resultado en el bol que contenía las galletas desmenuzadas. Mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea.
En un molde alargado y rectangular colocamos un papel sulfurizado (papel del horno, vegetal o como lo llaméis habitualmente) para que más tarde sea fácil desmoldar el pastel. Vertemos la masa, dejamos enfríar a temperatura ambiente y luego la metemos en el frigorífico toda la noche.
Al día siguiente desmoldados obteniendo un delicioso pastel que iremos sirviendo cortándolo en rodajas. Más fácil no podía ser, ¿verdad?