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Bizcocho de aceite de oliva


Los bizcochos de aceite de oliva son muy típicos de la repostería española. No se diferencian de los habituales que podemos encontrar en Europa o los Estados Unidos salvo en que en lugar de mantequilla o aceite de girasol emplean aceite virgen extra de oliva. Esto es una gran ventaja en términos de salud ya que previenen de una ingesta excesiva de grasas saturadas.  De hecho cada vez es más frecuente que en el norte de Europa vayan convirtiendo los tradicionales bizcochos con mantequilla hacia el aceite de oliva (que por cierto, son mucho más caros ya que no tienen la suerte de disponer de olivos por la climatología de sus países).

El aceite a emplear, a diferencia de lo que dicen muchos recetarios, debe ser siempre virgen extra. Nada de aceites "suaves" o similares. Cualquier aceite de oliva que no sea virgen extra es refinado, esto es, una grasa incolora, inodora e insípida a la que se ha añadido una cantidad ínfima de aceite virgen extra para que adquiera el sabor que debe tener. Este refinado afecta también a las propiedades que se le suponen al bizcocho, así que si no disponéis de virgen extra, es indiferente emplear uno de oliva "suave" o bien de girasol o maíz.

INGREDIENTES 

  • 400 gramos de harina integral o 50% integral + 50% de repostería
  • 200 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 200 gramos de azúcar
  • 200 ml de leche 
  • 4 huevos XL
  • La ralladura de la piel de un limón
  • La ralladura de la piel de una naranja
  • 1 sobre (20 gramos) de levadura química (tipo Royal)

En un bol batimos los huevos y el azúcar hasta que se forma espuma.

Añadimos entonces la leche y el aceite, mezclando. Seguidamente incorporamos las ralladuras de ambos cítricos.

En otro bol mezclamos la harina tamizada y la levadura química. Mezclamos bien.

Incorporamos la harina poco a poco en el bol donde tenemos los huevos, sin dejar de remover con las varillas.

Precalentamos el horno a 190 grados.

Pintamos con aceite un molde redondo de aluminio o bien utilizamos uno de silicona que no requiere engrasado.

Horneamos durante 45 minutos, comprobando hacia el final que al clavar un palillo en el centro este salga seco.

Se deja enfriar y desmolda.

Para desayunos o meriendas no hay nada mejor.