En España vivimos en una paradoja constante. Por ejemplo, una de entre las muchas, es que somos el país con más olivos del mundo por lo que producimos el 45% de todo el aceite de oliva que se consume en el planeta, seguidos a mucha distancia de Italia, Grecia, Portugal, Túnez y Turquía. Pese a ello en los últimos meses hemos vivido una escalada en el precio que ha doblado el coste del mismo para el consumidor. Así hace unos meses la botella de litro de aceite virgen extra costaba en promedio alrededor de 4 € mientras que hoy en día no baja de los 8 €. Lo mismo ha ocurrido con el resto de clases (virgen, para freír etc). Así una garrafa de 5 litros de aceite con una acidez del 0.4 grados costaba el año pasado entre 21 y 24 euros mientras que en la actualidad no baja de los 34/36 €.
De esta manera el aceite ha pasado de ser un producto esencial a constituir un artículo que resulta difícil de encajar en la economía de una familia trabajadora. En estos últimos meses el consumidor se ha visto casi obligado a consumir aceites de oliva de gama baja (de orujo) o se ha pasado al aceite vegetal, principalmente de girasol, gracias a que la escalada que este último vivió causada por la guerra de Ucrania parece que ha remitido. En cualquier caso, la botella de aceite de girasol hace no tanto costaba alrededor de 1 euro mientras que en la actualidad oscila entre 1.5 y los 2 euros.
Oficialmente la causa de esta subida sería achacable a la severa sequía que venimos sufriendo desde 2021. La producción de aceite ha caído en picado y eso ha hecho que el precio aumente al mantenerse la demanda. De lo anterior se deduce que cuando la demanda caiga, el precio se auto ajustará. Esto es algo que los productores, pero sobretodo los distribuidores, comienzan a notar. Es curioso observar que a pesar de estar todavía metidos en un ciclo de sequía, ya hablan de una pronta bajada de precios. Dicha bajada de precios, sin que cese la causa de la subida, se debe al drástico recorte que las familias han hecho en el consumo de aceite de oliva. Si consideramos que nadie vende a pérdidas, está claro que muchos han visto en propagar las malas noticias de las cosechas una forma de medrar.
A día de hoy, es más barato comprar aceite de oliva en Walmart de los Estados Unidos o Tesco de Irlanda, por solo mencionar un par de supermercados de países donde la producción de aceite es casi nula y llueve tan poco como en España.
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Este aceite vale casi lo mismo que en España, pero en realidad es más barato. No se produce aceite de oliva en los Estados Unidos y por tanto a ese precio se le debería restar el coste del transporte. El precio real de venta, sin dicho transporte, estaría alrededor de los 6.5 € |
Me dirán que se debe a que tienen "stock acumulado" o que los precios se ajustan a la demanda, pero ni Walmart ni Tesco venden a pérdidas. Además basta con dominar el inglés y llamar a estas y otras cadenas para darse cuenta que España sigue vendiendo al extranjero millones de litros de aceite que luego se reenvasa en Italia para aún así venderse el aceite italiano más barato que el español en nuestras tierras.
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Sin comentarios, 5.05 € en el país de los olivares, Irlanda |
Si la sequía era algo anunciado, España podría haber hecho como Turquía, que cerró las fronteras a la venta de aceite al extranjero. Allí los precios se han mantenido porque los productores no han tenido más remedio que seguir vendiendo el aceite más o menos con los mismos precios de antaño.
Maneras de ahorrar aceite
Mientras el precio no baje hay varias maneras de ahorrar disminuyendo la cantidad que consumimos y con ello contribuir a que, ahogados los productores y distribuidores en litros y litros de aceite sin vender, vuelvan a los precios razonables.
Mezclar el aceite de oliva con otros aceites de vegetales, de girasol, maíz etc.
En las frituras, mezclar 3 litros de aceite de oliva con 2 litros de aceite de girasol permite ahorrar casi un 20% de aceite de oliva sin que se altere ni la fritura ni el sabor. Tomemos un bidón de 3 litros de aceite de oliva a 24 euros y 2 litros de girasol, a un coste de 3 euros. El total sería 27 euros, 9 euros por debajo de un bidón de 5 litros que actualmente cuesta 36 €.
Me preguntaréis, ¿y por qué no hacer los 5 litros de girasol? Por una razón muy sencilla. El aceite de oliva es reutilizable 3 veces, mientras que el girasol no lo es. El aceite sobrante de una fritura se puede usar, aún mezclado, entre 2 y 3 veces (siempre que no rebasemos una temperatura de unos 120 grados). Por tanto, como mínimo duplicamos la cantidad de aceite que hemos adquirido y nuestros 5 litros de mezcla equivalen en realidad a 10 litros. En cambio, con girasol, sólo adquirimos 5 litros, sin posibilidad de reutilización.
Freír de forma sensata
Nuestra costumbre, como país donde abundaba el aceite, era llenar la sartén de aceite y freír en ella el ingrediente. En realidad el aceite se empezó a usar en cocina SOLO para transmitir mejor el calor entre la cazuela y el alimento. No tenía otra finalidad, ni para dar mejor o peor sabor ni por razones de salud.
En lugar de llenar la sartén, debemos mojar los ingredientes en aceite siempre que sea posible y depositarlos en la sartén caliente para que se frían. La efectividad será la misma. Si vemos que falta aceite, los mojamos de nuevo con la ayuda de una brocha de silicona y seguimos cocinando. ¿Qué sentido tiene meter los alimentos en aceite para luego llevarlos a una rejilla o papel absorbente para que expulsen el aceite sobrante? Lo mejor es llevar el aceite al alimento, y no el alimento a una bañera de aceite. Con este método se puede freír con hasta un 50% menos de aceite y el resultado es idéntico.
Es más, algunos alimentos pueden ayudar a la fritura con su propia grasa. Por ejemplo, al freír salchichas, podemos practicar algunos cortes para que la grasa salga y ayude a la fritura. El salmón también es muy rico en grasa y puede ayudar a la fritura aplicando muy poco aceite extra.
Revisar nuestro recetario
Muchas recetas usan muy poco o ningún aceite. Así de pronto se me ocurren cocidos, sopas y hervidos. Usemos las mismas más a menudo y rebajemos la frecuencia en que preparamos fritos.
Usar aceite virgen extra en spray
El aceite virgen extra es cardiosaludable y debería ser el único a emplear en crudo, es decir, para ensaladas, tostadas etc. Se necesita como mucho una cucharada de aceite virgen extra al día para ser beneficiarios de sus propiedades. Esto equivale, más o menos, a 20 ml.
Para aplicar la cantidad ajustada de aceite sin desperdiciarlo lo mejor es adquirir un spray de aceite virgen extra. Estos sprays hacen muy fácil la aplicación y evitan desperdiciarlo.
En cualquier caso, si está justificado el uso de aceite virgen extra, es precisamente en crudo.
Reusar el aceite
Ya se ha dicho antes, pero el aceite virgen extra se puede reusar hasta 5 veces sin merma de la calidad, siempre y cuando no os paséis en la temperatura (cuanto ḿás baja, mejor). Si quedan restos sólido se filtran y punto. El resto de aceites de oliva, entre 3 y 2 veces. Si tiráis el aceite sobrante al primer uso, estáis perdiendo dinero. Los aceites refinados de semillas - colza, girasol, soja etc - solo se pueden usar una vez, así que comparativamente su coste es mucho mayor. El quid de la cuestión siempre es la temperatura. Si cualquier aceite, aunque sea virgen extra, llega a humear no se puede reutilizar. Esto significa que se ha quemado lo cual implica que se forman toxinas que ya no se pueden eliminar. No es seguro consumir un aceite quemado repito, sea cual sea el tipo.
Emplear el horno, la freidora de aire y el microondas
Estos tres elementos permiten cocinar con una cantidad ínfima de aceite. Por ejemplo, es posible realizar una tortilla de patatas en el microondas con una simple cucharada de aceite, lo mismo que se necesita para que una freidora de aire haga unas patatas. De hecho es posible hacer una tortilla sin emplear ni una gota de aceite. Para ello hervimos las patatas en lugar de freirlas y luego cuajamos el huevo con el microondas o el horno. Y si el primero tiene grill, hasta la podemos dorar.
Eso sí, olvidaos en cualquier cosa de "chorritos" de aceite o de llenar sartenes. El aceite moja al ingrediente, no debéis construirle piscinas.
Supongo que muchos estaréis pensando que todo esto es como muy exagerado, pero se trata de que una vez que domestiquemos a la cadena de producción, los precios bajen y podamos regresar a donde estábamos. Cada metro cúbico de aceite que no pueden vender es un coste gigantesco de almacenaje para ellos. Y aquí estamos para resistir y vencer, no para dejarnos mangonear por esta gente.