Nuevo libro

Gravlax de Salmón

El gravlax es un plato común a todas las culturas escandinavas así como de Finlandia (que está en el mismo área de Europa pero no son escandinavo). La palabra "gravlax" proviene del sueco "grava" (enterrar) y "lax" (salmón), refiriéndose a la antigua técnica de curar el salmón enterrándolo en la arena de la playa.

Este proceso fermentaba el pescado, algo que hoy en día ya no se realiza, cambiando este proceso por una especie de marinado de corta duración.


El gravlax se consume comúnmente como aperitivo o entrante. Se sirve en rodajas finas y se acompaña con pan de centeno, eneldo, mostaza y, a veces, una salsa de eneldo.

Si queréis sorprender a vuestros invitados, el Gravlax de Salmón o Salmón Gravlax (de ambas maneras se puede decir, aunque la más correcta sea la primera) es perfecta para ello. Se pueden servir sobre blinis, panecillos suecos, pan de centeno o en cucharitas de aperitivo.

INGREDIENTES (4/6 personas)

  • 1 lomo de salmón fresco, aproximadamente 500 g, con piel. Si os lo dan ya fileteado, mucho mejor.
  • 100 g de sal gruesa
  • 100 g de azúcar
  • 1 manojo de eneldo fresco, picado
  • 2 cucharaditas de pimienta negra, recién molida
  • 1 cucharadita de ralladura de piel de limón (sin la parte blanca que amarga)
  • 1 chorro de ginebra o vodka (opcional)

En un bol, mezclamos la sal, el azúcar, el eneldo picado, la pimienta negra y la ralladura de limón.

Colocamos los filetes de salmón en una bandeja para horno o similar con la piel hacia abajo.

Vertemos el chorro de ginebra o vodka sobre los filetes (esto es opcional, pero añade un toque de sabor).

Cubrimos el salmón con la mezcla de sal y azúcar, asegurándonos de que esté uniformemente distribuida.

Envolvemos los filetes de salmón firmemente, bien apretados, con film transparente. Esto se hace para que se mantenga compacto y también para que el frigorífico no tome olor a pescado (así que lo cerráis bien).

Colocamos un peso encima del salmón (puede ser otro plato más pequeño con latas de conserva encima, por ejemplo).

Refrigeramos el salmón durante al menos 48 horas, dándole la vuelta cada 12 horas, de manera que la piel quede a veces arriba y otras veces abajo. El tiempo de curado puede variar según el grosor del filete pero con 48 horas será más que suficiente en la mayoría de casos.

Pasado el tiempo de curado, retiramos el salmón de la nevera y lo enjuagamos suavemente agua fría para eliminar la mezcla de sal.

Lo secamos con cuidado con papel de cocina para cortarlo a continuación en rodajas finas.

Se sirve sobre un pan de centeno, blini, tostada etc espolvoreando un poco de eneldo picado, unas gotas de mostaza o tal cual.

Seguro que despúes de probarlo no queréis volver a tomar ninguna otra cosa que no sea Gravlax.