Proceden del norte de México y son probablemente una herencia de la cultura española, denotada por la presencia de manteca de cerdo en su confección. Serían, en cierta manera, un tipo de mantecado. Son muy populares de la Navidad mexicana si bien actualmente se pueden encontrar durante todo el año. Ya se sabe, esperar a que llegue una festividad para consumir un producto muy deseado es más una tortura que una tradición.
Son muy fáciles de hacer y realmente sabrosas.
INGREDIENTES:
- 2 vasos de harina de trigo
- 1 vaso de manteca (puedes usar manteca de cerdo o manteca vegetal)
- 1 vaso de azúcar glas
- 1 vaso de almendra molida
- 1 huevo
- 1 cucharadita de canela en polvo
- Azúcar glas (para espolvorear)
El vaso que se indica es el típico usado para beber agua, de aproximadamente 200 ml
Primero preparamos la masa.
En un bol grande, mezclamos la manteca con el azúcar glas hasta que obtener una mezcla cremosa. Si la manteca está fría será complicado, asi que o bien la mantenéis un rato a temperatura ambiente o bien se pasa unos segundos por el microondas.
Agregamos el huevo y mezclamos bien hasta integrarlo en la masa.
Incorporamos entonces la harina tamizada, la almendra molida y la canela. Amasamos hasta obtener una masa homogénea.
Ahora hay que dejar reposar la masa. Esto es indispensable para que el sabor se fortalezca.
Envolvemos la masa en film transparente y la dejamos reposar en el refrigerador durante al menos 30 minutos.
A continuación damos forma a las galletas pero antes precalentamos el horno a 180°C (350°F).
Tomamos porciones pequeñas de masa y formamos bolitas del tamaño de nueces. También se puede extender la masa y cortarla con moldes de galleta, al gusto.
Colocamos las bolitas en una bandeja para horno, dejando espacio entre ellas ya que las galletas se expandirán.
Horneamos las galletas en el horno precalentado durante 12-15 minutos o hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
Extraemos del horno y dejamos que las galletas se enfríen en la bandeja donde las hemos horneado durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen completamente.
Una vez que las galletas estén completamente frías, espolvoreamos generosamente con azúcar glas por encima.
El sabor a canela y almendra es irresistible. Cuando las pruebes comprenderás por qué es dífícil esperar hasta Navidad para probarlas.